El Gobierno de Santa Fe logró recaudar este miércoles más de 700 millones de pesos a través de la subasta de bienes decomisados a organizaciones criminales. Las ventas, en una jornada que reunió a más de 3.700 personas de 23 provincias, incluyeron vehículos, inmuebles y joyas.
Según se informó, el dinero embolsado será destinado para resarcir a las víctimas de delitos, como así también a financiar políticas de seguridad y realizar donaciones a distintas instituciones de la provincia.
La subasta, organizada por la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad), se llevó a cabo en la Estación Belgrano de la ciudad de Santa Fe. En total, se comercializaron 41 vehículos, dos inmuebles y tres lotes de joyas, con precios iniciales fijados entre un 30% y un 40% del valor de mercado.
Una de las viviendas, en la localidad de Funes, se vendió a 91 millones de pesos mientras que la segunda, en Roldán, se adjudicó por 50,5 millones. Los lotes de joyas recaudaron 39,7 millones en total.
Los vehículos también despertaron un gran interés: la camioneta BMW X6 del lote 3 fue adquirida por 45 millones de pesos, seguida de otra BMW X6 del lote 23, por $36 millones. El tercer vehículo con mayor valor fue un Golf GTI, vendido por $38 millones, y la lancha subastada alcanzó los $40 millones.
El gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro, participó de la apertura del evento y subrayó la importancia de estas acciones en la lucha contra el crimen organizado.
“En Santa Fe no solo se persigue a los delincuentes y se los encarcela para desestructurar las organizaciones criminales, también vamos por sus bienes. Una organización criminal que conserva recursos tiene la capacidad de seguir operando desde la cárcel, pagando a profesionales para evadir la justicia y seguir manejando la calle. No alcanza con encarcelar a los delincuentes, debemos ir por sus bienes para desarticular su poder económico”, explicó.
Pullaro enfatizó además que estos bienes no quedarán en manos de los delincuentes ni sus familiares: “Es un mensaje muy claro que estamos enviando al crimen organizado y a quienes creen que pueden tener impunidad. Sepan que sus bienes serán subastados y ese dinero será utilizado para causas sociales y políticas de seguridad”.
Matías Figueroa Escauriza, secretario de Gestión de Registros Provinciales, también brindó detalles sobre el destino del dinero recaudado. “Lo importante de esta subasta no es solo el impacto económico, sino que tiene un fin social. Parte de estos fondos se destinarán a resarcir a las víctimas de delitos, y el resto se invertirá en donaciones para escuelas, clubes de barrio, y otras entidades comunitarias”, señaló.
Santa Fe: qué pasará con los inmuebles y autos vendidos decomisados a organizaciones criminales
Para garantizar la seguridad jurídica de los nuevos propietarios, la provincia implementa un proceso de bloqueo de dominio en los vehículos y propiedades subastadas. Los coches cambian de patente y reciben un dominio completamente nuevo, eliminando cualquier vínculo con los dueños anteriores.
En el caso de los inmuebles, se genera un nuevo trámite ante el Registro de la Propiedad Inmueble, donde se bloquea a los propietarios anteriores y se asigna una matrícula nueva en folio real electrónico. Figueroa Escauriza aseguró que con este procedimiento se garantiza que los nuevos compradores no tendrán problemas legales relacionados con los bienes adquiridos.
El gobernador Maximiliano Pullaro en la subasta de los bienes decomisados a organizaciones criminales. Foto Gobierno de Santa FeSobre la la Aprad, es la entidad gubernamental encargada de administrar los bienes secuestrados o decomisados en causas judiciales por delitos o contravenciones. Su objetivo principal es darle un uso social a estos activos.
Los vehículos, por ejemplo, pueden ser entregados a la Policía, instituciones penitenciarias, educativas o asistenciales de la provincia, o bien ser subastados o compactados, dependiendo del estado de cada unidad. Otros bienes, como insumos tecnológicos o joyas, pueden ser asignados a entidades de beneficencia o vendidos en subastas, como ocurrió en esta ocasión.