Nunca el peronismo tuvo tan pocos gobernadores
El nuevo oficialismo y la nueva oposición se apiñan esta semana en un supermartes de exhibición de fuerzas. No ante el público, sino ante el nuevo gobierno, débil y desmadejado.
El nuevo oficialismo -que aún no tiene ni nombre- reúne a gobernadores y legisladores entrantes y salientes en el Club Alemán de Equitación de Palermo. Integran un arco con 10 gobernadores de lo que fue hasta ahora JxC, que buscan consolidar el poder que disipa el nuevo presidente y los residuos del que disipó el que se va.
El mismo martes, Axel Kicillof alberga en la casa de la provincia de Buenos Aires de la Avenida Callao una cumbre de los ocho gobernadores que le han quedado al peronismo. Un lágrima: es el número más bajo de mandatarios en la historia del peronismo, pero le permiten el control de 33 senadores nacionales.
Dramático como resultado de 20 años de administración, con la excepción del lapso macrista. Rehacen su vida con la asistencia de mandatarios salientes y entrantes, entre ellos Jorge Capitanich, que al final lo hizo ganar a Sergio Massa en el Chaco –el cuarto distrito donde el peronismo zafó de la ola mileista, todos de fuerte presencia cristinista–. Alberto Fernández es el presidente del partido y se informó este domingo en un desayuno con Capitanich en Olivos.
El nuevo Congreso, campo de batalla
El Milei que publicita fotos en situaciones de unción religiosa y reflexiva debe pensar en la hipótesis clásica sobre el horror al vacío de la naturaleza. El horror vacui supone que Dios, el de cualquier religión, no creó la imperfección, que es el vacío, y que la naturaleza humana lo ocupa por instinto.
Unos y otros disputan posiciones en el nuevo Congreso. En las dos Cámaras juegan fuerte en la elección de las respectivas presidencias, la que ocurrirá en las sesiones preparatorias del 6 y 7 de diciembre.
En Diputados el peronismo juega en la interna entre Milei y Macri, es decir entre Florencio Randazzo y Cristian Ritondo. Y están más cerca de apoyar a éste. En el Senado, Cristina de Kirchner se va dejando la consigna de que los peronistas peleen esta vez por retener la presidencia provisional en cabeza de Anabel Fernández Sagasti.
Un Senado con más poder que antes
El Senado es el centro del interés de las dos fuerzas políticas por tres razones:
1) El peronismo ha mejorado la posibilidad de controlar el número, por la cantidad de bancas y porque la oposición pierde a dirigentes de importancia como Alfredo Cornejo, Humberto Schiavoni o Luis Naidenoff, los tres jefes de bancada.
2) Ese peronismo tendrá el alivio de la salida de Cristina, que sometía a la bancada a un estrés adicional e innecesario, salvo para ella. Muchas de las leyes que no pudieron sacar fue por la falta de cintura de la vicepresidenta para negociar con flexibilidad situaciones que podían consensuarse. Entre otras, perdieron la posibilidad de designar al Procurador General o de ampliar la Corte Suprema de Justicia.
3) Las amenazas fantasiosas del nuevo gobierno de frenar la obra pública o sacarles fondos a las provincias facilitan un entendimiento en el Senado y entre los gobernadores de todos los partidos. El interés amenazado puede afectarlos a todos y se van a defender juntos. Ellos ven que va la luna rodando por Callao.
“Celestes” vs. “Rojo punzó”
Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa (que Juan de Mairena, personaje de Machado simplificaría como «Lo que pasa en la calle») resignifican la facecia que ilustra sobre la calesita de designaciones en cualquier gobierno que debuta, y que se atribuye a Getulio Vargas.
El exdiputado Julio Raffo -graduado en la Fundación que lleva el nombre de ese prócer brasileño- la refiere en estos términos: cuando Getulio armaba el gabinete para uno de sus mandatos, Luís Simões Lopes, operador y amigo, fue a verlo con esta inquietud:
– Pregunta: “Presidente, tengo un problema, me llaman todos nuestros amigos para felicitarme porque dicen que voy a ser ministro, porque todos conocen mi lealtad a Ud. y los éxitos de mi gestión anterior, y no sé qué decirles. ¿Qué les digo?”.
– Respuesta: “Vamos a decir que le ofrecí y que Ud. no quiso aceptar”.
La carrera es en estilo libre por la improvisación del equipo de Milei. Evoca la carrera que hubo cuando asumió el gobierno Carlos Menem en 1989. En julio de ese año asumió rodeado del menemismo “rojo punzó” de Julio Corzo, el Buscapié Cardozo, Luis Barrionuevo y Julio Mera Figueroa.
Entre la jura y diciembre, fecha de la renovación legislativa, el gabinete ya había sido capturado por los “celestes” (José Luis Manzano, Eduardo Menem, etc.), que le dieron a Menem una gobernabilidad que remediaba la fragilidad del equipo que lo había hecho presidente.
Una de las mejores novelas de la etapa madura de Jorge Asís, “La línea de Hamlet o la ética de la traición” (1995), ofrece una versión en ficción muy fina sobre ese proceso. Es de urgente relectura para inspirar interpretaciones sobre el experimento Milei.
Ministros por un día
El caso le cabe a la incertidumbre que se prolonga sobre el subibaja de nombres en los ministerios. El último caso es el del mendocino Omar de Marchi, que fue por 24 horas ministro-secretario de Educación en el nuevo equipo. Aceptó, pero en menos de un día lo bajaron.
Hubo acaso una presión sobre Milei de Alfredo Cornejo, armador de la liga de gobernadores no peronistas. De Marchi es el adversario jurado de los radicales de Mendoza, pero Milei y el PRO -del cual La Libertad Avanza ya es un protectorado tercermundista- le deben una de las mejores elecciones de Milei en todo el país.
La alternativa puede tener también aroma mendocino para el área, si prospera la designación de la abogada Eleonora Urrutia. Fue funcionaria de la jefatura de Gabinete del gobierno de Menem con Jorge Rodríguez, hizo experiencia en el lopezmurphismo y milita en el conservadorismo librecambista de Milei. En lo personal, es la cónyuge de Hernan Büchi que, cuando era chico, era ministro de Economía en el Chile de Augusto Pinochet.
Macri y Scioli, con acciones en el mismo equipo
Al final, el confirmado sin discusión es Daniel Scioli, que hizo su primer gol como embajador prorrogado en Brasil al abrir el palacio de Itamaraty en sábado para que almorzasen los cancilleres Mauro Vieyra y Diana Mondino. Parece de fantasía: Macri y Scioli socios del mismo gobierno. Disputaron durante dos décadas compartiendo el mismo electorado en los mismos distritos.
También Milei se deteriora con portazos inesperados. Por ejemplo, el de Federico Sturzenegger. Pudieron ofrecerle una secretaría o ministerio de Modernización. Lo rechazó con el argumento de que no es consistente crear una repartición del Estado para reducir el Estado.
Macri quiere formalizar la relación
Por si faltasen constancias, Mauricio Macri acentuó su distancia de los funcionarios de su etnia que aceptan cargos en nombre de un compromiso más que individual. La consigna desde las lejanías árabes -de donde regresa en la tarde de este lunes- es que el PRO no gobierna; sólo acompaña y garantiza gobernabilidad.
También se admite, desde las más altas y amarillas cumbres del macrismo, que Mauricio es parte del grupo al que no le gustaron esos movimientos de Patricia: aceptar un cargo de ministra de Seguridad sin avisarle a nadie. Va en su estilo. «Patricia -ironiza un dirigente del espacio- viajó meses con nosotros en el mismo ómnibus. Perdimos, se bajó al baño, y al rato la vimos pasar en el auto de Javier».
Este Macri sostiene el único acuerdo que reconoce con Milei: que Cristian Ritondo sea el presidente de la Cámara de Diputados. Agotó horas de zoom en estos días de ausencia para organizar una cumbre con Milei, que formalice de alguna manera una alianza con lo quedó de Juntos por el Cambio. La prenda innegociable, afirma, es la presidencia de Diputados para Ritondo.
Patricia busca nueva querencia
Macri cree que los patrocinantes de Randazzo son la segunda línea de Milei, Guillermo Francos y Guillermo Ferraro, que buscan aferrar el poder que tienen en la mesa chica. Este intento de, por lo menos, cerrar una unión civil, sale al cruce de una leyenda que corre por los pasillos del hotel Libertador: Patricia, o un enviado suyo, pudo ofrecerle a Milei crear ahora mismo un partido nuevo. Los votos son tuyos y míos, el PRO no sirve más, es la consigna.
Motivó que Rogelio Frigerio pidiera la renuncia de Patricia a la presidencia del partido. Una formalidad estridente porque su mandato vence en marzo y la mayoría de los presidentes del interior están enojados, como Mauricio, por ese acercamiento a Milei que los compromete en sus provincias. Le reprochan a Patricia que no los amparó ante el avance de los socios de la UCR en el reparto de candidaturas.
No es extraño, ya que la mayoría de los caciques provinciales del PRO jugaron, con De Marchi a la cabeza, en favor de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO del 22 de agosto. Recomienda Felipe González cuando uno mete la pata: “Lo importante es sacarla rápido”, aconseja. Lo afirma el ingenio popular y la alta, altísima poesía.
El refrán dice: “Cuando uno está en la mala hasta en lo seco se resbala”. El poeta popular lo reescribe: “Cuando el hombre anda en la mala / pisa caca y se resbala, / pisa en lo seco y también” (Larralde). Lo pule con esplendor el poeta: “Todo mal afirmado pie es caída, / toda fácil caída es precipicio” (Góngora, Soneto LIII).
Ante el desorden que exhibe el equipo, la Casa Militar le ha pedido a Milei que abandone la sede informal del equipo de transición, varios espacios del hotel Libertador. Como presidente electo, la Casa militar es la responsable de su seguridad. Es presumible que al regreso del viaje a los Estados Unidos que emprendió este domingo, Milei no vuelva a ese lugar.
De presidente a presidente
Florencio Randazzo ya se mueve como si el nuevo titular de la Cámara fuera él. Conviene al proyecto de Milei de emanciparse del patronazgo de Macri. Lo ofende negándole cargos en las áreas de Justicia y Energía y comprometiendo al PRO, al promover a Toto Caputo en Hacienda y a Patricia en Seguridad. Aunque Macri se queje, en lo público terminan con el PRO a cargo de dos áreas resbaladizas.
Milei escuchó de boca de Alberto Fernández una advertencia sobre seguridad, que ocurrió horas antes de lanzar el nombre de Patricia. Lo que están anunciando, le dijo el actual presidente a su sucesor, puede provocar protestas en la calle, que es donde reacciona el malestar. Tené cuidado en cómo enfrentás ese problema que es complejo y muy difícil para cualquier gobierno. La respuesta fue lanzar el nombre de Patricia, que sigue sin confirmarse.
El otro consejo que le dio fue: no acordés nada con Macri, porque te va a c***r. Después de lo que les hizo a Larreta, a Patricia, a los radicales, ¿qué no va a hacer con vos? La otra advertencia de peso fue sobre el cuidado de las palabras en las relaciones exteriores. Le observó la mención a Lula como comunista. Relató que en la cumbre mundial a la que asistió (III Foro de la Franja y la Ruta de la Seda), después de los discursos de Putin y Xi Jinping «el más comunista parecía ser yo».
Liberalismo de pacotilla
Este Milei que hace leyenda como un hombre de reflexión por circuitos complejos, como la Kabala y la escuela austríaca de economía, pone en juego el perfil que le hizo ganar la presidencia. Es un conservador, como Macri, pero se dice liberal porque es un librecambista en economía.
El liberalismo en economía es una opción de almacenero que un país toma si le conviene, y que modera si no le conviene. Tampoco Milei profesa el liberalismo cuando defrauda el laicismo de esa doctrina, que remite las convicciones religiosas al fuero privadísimo de la persona, y las saca del mundo público.
Por esa razón la Iglesia católica es antiliberal, porque cree en la salvación colectiva y en la necesidad de que la doctrina intervenga en lo público. El gran hallazgo de la modernidad fue separar lo público de lo privado. Eso es liberalismo, no lo que muestra Milei. Tampoco el rechazo a la meritocracia cuando ejerce un nepotismo desembozado al poner a un familiar como autoridad de su formación partidaria.
Su hermana, a la que exhibe como comisaria de sus actos, no ha sido elegida por nadie, salvo por él. La publicidad lo pinta de liberalismo, pero se mueve como el más rancio de los conservadores. De ahí que puede decir que tiene una coincidencia de ideas en el 90% de los temas con Macri y Bullrich, dos conservadores de manual.
Será oportuna alguna relectura de Spinoza, inspirador del liberalismo y de la ilustración que “echó por tierra efectivamente toda la legitimación de la monarquía, la aristocracia, la subordinación de la mujer, al hombre, la autoridad eclesiástica y la esclavitud, reemplazándolos por los principios de la universalidad, la igualdad y la democracia” (Jonathan Israel, La Ilustración radical, 2001)
Nace chico y se achica más
Es oportuno poner la mirada en los modos del nuevo presidente, que ya nace chico, y que pueden achicarlo más. Por ejemplo, cuando juega con nombres que suben y bajan como posibles candidatos. Sólo aumenta la cantidad de adversarios que quedan heridos por tanto franeleo. O cuando avala anuncios de ajuste y represiones, manos duras y el-que-las-las-hace-las-paga. No sea que sea él quien termine pagándolas.
Ya le pasó a Patricia, que perdió las elecciones porque se rodeó de economistas que prometían ajustes y más dolores de los que vivió el público con este gobierno que se va. O por repetir que este país necesitaba orden. Con eso no pudo convencer más que al 23% del electorado, y se fumó 18 puntos de Cambiemos entre 2021 y 2023. Ni que lo hubiera buscado.