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Los viajes de Milei al exterior bajo la lupa: una agenda sin visitas de Estado y con polémica por el pago de los gastos

Por ser alguien al que lo ponía «nervioso» subirse a un avión porque lo hacía extrañar a sus «hijitos de cuatro patas», en referencia a sus perros mastines, Javier Milei ha sabido sortear este desencanto con asiduidad en los los 5 meses que lleva de gestión. Ha viajado tres veces a Estados Unidos y también visitó Suiza, Israel e Italia mientras que el próximo viernes se trasladará hasta España para participar de una cumbre del partido derechista Vox. Para la oposición este último caso ilustra el principal el problema de una agenda internacional en la que abundan cuestiones particulares, como las disertaciones y las entregas de premios, en lugar de las visitas de Estado.

Y todos los gastos, como blanqueó este martes Manuel Adorni en su habitual conferencia de prensa, corren por cuenta «del Estado». Si en los primeros viajes el Presidente hacía gala de su «austeridad» utilizando los servicios de las aerolíneas comerciales -en su gira a Davos esa modalidad le permitió «ahorrar» unos 392 mil dólares- en sus últimos periplos por Estados Unidos supo utilizar o vuelos privados o el Boeing 756 que compró Alberto Fernández el año pasado. Los costos, lógicamente, no son los mismos.

La travesía a Madrid del fin de semana, que incluye una escala y debe afrontar gastos de combustible, estacionamiento y servicios, tendría un costo superior a los US$ 450 mil, según fuentes del mercado aeronáutico consultadas.

Si bien el vocero presidencial intentó minimizar la audiencia con el líder derechista Santiago Abascal al considerar que será «sólo un pedacito más del viaje” por la península ibérica, no hay confirmadas audiencias con el rey Felipe VI ni con las autoridades del gobierno español tras los chispazos con Pedro Sánchez.

Al igual que la mayoría de las salidas al extranjero del jefe de Estado, ésta se parece más a una travesía originada en intereses particulares -para recibir premios, explicar el modelo libertario o para hacer gala de su ferviente judaísmo- que en las propias necesidades del Estado argentino.

El ex canciller Santiago Cafiero explicó a Clarín que «los presidentes cuando viajan se reúnen con presidentes. Tratan temas estratégicos de cooperación, fomentan inversiones y abren mercados para aumentar el comercio exterior. Si nada de esto se cumple, entonces es turismo».

Las giras internacionales de Milei comenzaron a mediados de enero con su participación en la 54° Reunión Anual del Foro Económico Mundial, en Davos, donde disertó y alertó que «Occidente está en peligro» por lo que denomina el modelo colectivista.

El 6 de febrero el mandatario emprendió una nueva travesía, en este caso, por Israel, donde visitó el Muro de los Lamentos y se reunió con el primer ministro Benjamín Netanyahu. Luego se dirigió a El Vaticano, donde mantuvo una audiencia con el Papa. En Roma, además, se entrevistó con la premier Giorgia Meloni, quien más tarde lo invitó a participar a mediados de junio en la cumbre del G7, en Borgo Egnazia,

El 24 de febrero visitó por primera vez EE.UU. como presidente -había hecho un fugaz viaje a fines de noviembre, una vez electo- cuando asistió a la Conferencia de la Acción Política Conservadora, en Washington, donde tuvo un breve intercambio con Donald Trump. No se entrevistó, en cambio, con ningún integrante de la administración de Joe Biden.

El 8 de abril regresó a Estados Unidos para recibir la distinción «Embajadores de la Luz» de parte de la comunidad Jabad Lubavitch, en Miami. Cuatro días más tarde se vio con el empresario Elon Musk en su planta automotriz de Texas, adonde llegó en un vuelo privado.

Y el 6 de mayo volvió a Estados Unidos, en este caso, a Los Angeles donde participó del Foro del Instituto Milken, que nuclea a empresarios, banqueros y los principales fondos de inversión. Por primera vez utilizó el avión presidencial ARG-01 por cuestiones de «seguridad».

Aquella gira de Milei terminó de forma abrupta, cuando suspendió su viaje a Dinamarca para recibir los aviones F-16 por la decisión de apoyar expresamente a Israel tras un ataque de Irán. A su regreso al país, encabezó un inédito comité de crisis un domingo por la noche en la Casa Rosada.

En todas las excursiones por EE.UU. tuvo un inusual protagonismo el embajador argentino, Gerardo Werthein, a quien Milei conoció por intermedio de su hijo Gregorio, con quien compartió estudios de economía.

Con todo, esta febril actividad en el extranjero del primer mandatario contrasta con su escasa presencia en el interior del país. En lo que va de mandato, sólo se cuentan excursiones por Corrientes, donde también protagonizó una presentación de un espacio libertario local, y por Bariloche, que cobijó un foro empresario.

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