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La intimidad de la cena Milei-Macri: reproches, acuerdos y un ensayo para evitar más choques en el Congreso

Javier Milei y Mauricio Macri están intentando encapsular sus diferencias más significativas para llegar a las elecciones del año que viene con la posibilidad todavía viva de hacer una alianza. Macri aprueba en general la forma en que Milei recortó el déficit, comenzó a bajar la inflación y sacó a los piquetes de las calles, pero mantiene muchos reparos sobre el resto de la gestión de Gobierno: lo desespera la demora en tomar decisiones que él considera centrales, la falta de designaciones en cargos muy importantes y la llana mala praxis en la manera de implementar políticas. Milei, por su lado, entiende que, según probó el resultado del ballotage y corroboran las encuestas hoy, es poseedor de prácticamente todo el capital político que construyó durante años su socio. «Casi toda la gente que apoyaba a Macri ahora está conmigo», suele decir el Presidente a quienes lo visitan en la Quinta de Olivos.

Esa es, simbólicamente, la mesa ante la cual se sentaron a cenar el martes en la Quinta de Olivos Milei y Macri. Estuvieron solos, acompañados únicamente por los mozos que les dejaron una bandeja de entraña y otra de ensalada. Milei, como hace siempre, esperó a su socio en la puerta del chalet presidencial. Enseguida apareció la primera diferencia. Macri insistió con que la votación de la semana pasada en la Cámara de Diputados contra el Decreto Presidencial que le otorgó cien mil millones de pesos en fondos reservados a la SIDE había sido un error político del Gobierno. «Tienen que darse cuenta de que una cosa así no pasa por el Congreso«, dijo el jefe del PRO, y le adelantó al Presidente que los senadores de su partido también están dispuestos a votar contra ese DNU, igual que lo hicieron los diputados macristas.

El Presidente, igual que hizo la semana anterior en otra cena similar, se apuró a salir de ese tema e insistió en que no tiene intenciones de romper su acuerdo con Macri por ese desencuentro. «Vayamos para adelante. Dame tiempo. Ya se va a solucionar«, suele decirle Milei a Macri frente a discusiones parecidas.

El jefe libertario hizo la promesa que más quería escuchar Macri: dijo que en pocos días convocará, por primera vez desde que llegó a la Casa Rosada, a una reunión en conjunto de los jefes de los bloques del Senado y de Diputados del PRO y de La Libertad Avanza. Milei pronunció además una frase que sorprendió a su interlocutor. «En esa reunión voy a estar yo», dijo el Presidente. Es algo que le pidió Macri en su última reunión, cuando lo invitó a involucrarse directamente en la conducción de todo el oficialismo. «Vos tenés que conducir el PRO. Tenés que conducir a los tuyos y también al PRO, si no, es imposible», le había dicho Macri.

Las próximas horas serán determinantes para saber si esa intención se concreta. Tanto Macri como el jefe de los diputados del PRO, Cristian Ritondo, viajarán este jueves a Entre Ríos a un encuentro de la Fundación Pensar. El ex presidente volverá a Buenos Aires y viajará el mismo viernes a Mauritania, en el noroeste africano, para encabezar actividades con de la Fundación Fifa, y luego volará a Corea del Sur a dar una conferencia. El acercamiento tendrá que ocurrir entonces el fin de semana, siempre y cuando Milei decida hacerlo antes de la votación del senado contra el DNU, que podría ocurrir el próximo jueves.

El ensayo de coordinar una agenda legislativa, si es que funciona de manera más o menos razonable, les servirá tanto a Macri como a Milei para mantener en pie el proyecto de hacer un acuerdo electoral para 2025. Los dos sectores, según intuyen dirigentes de los dos partidos consultados para esta nota, llegarán a esa elección en situaciones muy diferentes. Uno va hacia abajo y el otro hacia arriba. Todo indica que, si va con listas separadas de LLA, el PRO reducirá el tamaño de sus bloques en Diputados y en el Senado. En la Cámara Baja, por caso, el PRO renueva 22 bancas y los cálculos del bloque es que solo conseguirá refrendar la mitad de ellas. Así, su bloque quedaría reducido a una treintena de diputados, como máximo. En el Senado la cuenta es más difícil, porque allí todo depende de los acuerdos que se hagan en cada provincia.

La Libertad Avanza también hace sus cuentas. De los 36 diputados nacionales que tiene hoy su bloque, 7 tendrán que dejar sus bancas porque se les termina el mandato. Si consiguen un promedio de 40% de apoyo en todo el país -lo cual sería una muy buena elección, teniendo en cuenta que Milei no podrá ir en ninguna boleta porque es una elección legislativa- podrían conseguir que asuman unos 37 diputados nuevos. La cuenta optimista podría dejar al bloque oficialista en Diputados con un bloque de entre 60 y 65 legisladores propios.

Así, incluso ante una buena victoria, la situación legislativa para el oficialismo seguiría siendo desventajosa. Para poner una referencia: sería mucho más débil que la que enfrentó Macri en 2015 cuando asumió su mandato con un bloque de diputados de Cambiemos de 85 miembros y mucho peor que la que consiguió esa coalición, que luego de la renovación legislativa armó un bloque de 109.

Esas cuentas, creen en el sector del PRO que está buscando una alianza con Milei, serían mucho mejores si hay un acuerdo entre los dos partidos. Ese sector esgrime dos razones. Una es que en las elecciones, el sistema D’Hont premia a los que sacan más votos. Por eso conviene ir en una misma lista grande y no en dos medianas. La otra es que tener un interbloque coordinado desde el Gobierno le va a dar ventajas al Poder Ejecutivo que hoy no tiene.

Son todas elucubraciones que dibujan escenarios todavía muy lejanos y que, como siempre, dependerán de la forma en que el Gobierno logre manejar la economía en los meses que vienen.

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