«Me convertí en lo que odiaba, en el súcubo que se apodera de mi amante», se enoja Duncan Wedderburn, el simpático galán interpretado por Mark Ruffalo en una escena ambientada en un restaurante de Lisboa de la belle epoque a mitad de la película Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos, nominada a 11 premios Oscar (también estuvo nominada a 11 BAFTA, los galardones británicos, donde ganó cinco).
Bella Baxter, la heroína de la película interpretada por Emma Stone, no parece oírlo. Está cautivada por el rítmico sonido de la orquesta que da una serenata a los invitados a la cena. Como poseída, sigue el ritmo hasta la pista de baile, donde se suelta con una danza alegre, primitiva y sublimemente loca que se convirtió en uno de los momentos cinematográficos del año.
Para Constanza Macras, coreógrafa de la película, esa escena era algo más que divertirse. «Es un momento que define la relación», explica Macras, argentina de 53 años radicada en Berlín.
«Es el momento en que ella empieza a liberarse de Duncan», dice Constanza Macras refiriéndose al personaje de Stone, una mujer reanimada con el cerebro de su hija nonata. Duncan la embarcó en un viaje alrededor del mundo con la esperanza de emborracharla.
Sin embargo, él se da cuenta de que no puede seguirle el ritmo ni en el dormitorio ni, como revela la escena que nos ocupa, en la pista de baile. Cuando Duncan se pone también de pie, intenta salvar la situación y afirmar su control. «Intenta contenerla, intenta enseñarle a bailar con normalidad», explica Macras.
«Toda su relación está contenida en ese baile», escribió en un correo electrónico Ruffalo, que recibió una nominación a mejor actor de reparto en los Oscar por el papel. «Y es increíblemente divertido y gracioso».
Una escena que requirió mucho ensayo
Constanza Macras tiene 53 años, está radicada en Berlín, pero trabaja por todo el mundo. Foto: TélamAunque meticulosamente ensayada, la escena del baile en Pobres criaturas desprende una energía anticuada y anárquica que hace que el momento parezca espontáneo. Macras trabajó anteriormente con Lanthimos en La favorita (2018), que también protagonizó Stone.
Las contribuciones de Constanza Macras a esa película incluyeron una danza cortesana para Rachel Weisz y Joe Alwyn y un forcejeo juguetón en el bosque para Stone y Alwyn.
«Lo bueno de Yorgos es que el baile es un momento clave en sus películas. Tiene un impacto dramático muy fuerte en el propio filme», explica Macras.
«Para mí, utiliza la danza de una de las maneras más significativas e inteligentes que vi en el cine», prosiguió Macras, señalando otros momentos de las películas de Lanthimos en los que la danza desempeña un papel crucial y memorable, como la discoteca silenciosa en el bosque de La langosta (2015) y la escena culminante del baile en el salón de Canino (2009), el gran éxito internacional del director.
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La película con Emma Stone.
También monta una ópera
Macras habló conmigo la mañana siguiente al estreno de su producción de Carmen en el Teatro de Basilea (Suiza). Como Bella, la heroína de la ópera de Bizet se niega a ser controlada por los hombres.
En el montaje de Macras de la obra clásica, Carmen no es una seductora vampiresa devoradora de hombres, sino una activista que defiende la causa de la emancipación de la mujer.
Emma Stone, en «Pobres criaturas». Foto de prensaLa producción incluye alusiones al clásico expresionista alemán de Fritz Lang, Metrópolis, películas del Oeste americano, elementos circenses y mucho baile, tanto de los cantantes como de los miembros de su compañía berlinesa, DorkyPark. Lleva la inconfundible firma artística de Macras, a quien le encanta combinar referencias altas y bajas.
«Trabajo mucho con citas. Utilizo la danza como una función, como un lenguaje. Utilizo la música y el texto», explica sobre su enfoque integrado de la danza y el teatro.
Lanthimos, que sigue de cerca a artistas contemporáneos de muchas disciplinas, es un admirador de su trabajo. El director, que no pudo ser localizado para hacer comentarios, dijo en una entrevista de 2018 con IndieWire que se inspiró en «la danza y el teatro y todo ese tipo de cosas».
«Sabía que la fisicalidad sería muy importante para crear la película de una manera que se sintiera como su propio mundo», dijo más adelante en la entrevista sobre la selección de Constanza Macras para trabajar con él en La favorita.
Benedikt von Peter, director artístico del Theater Basel, propuso a Macras hacer Carmen tras reflexionar que la ópera cómica, el género en el que trabajaba Bizet, era un entretenimiento basado en la revista. «Pensé: ‘¡Es ella!’», recuerda von Peter.
«Mezcla discursos políticos con maneras divertidas y baile», continuó, añadiendo que un poco esperaba que Macras, cuyo currículum no incluye mucha ópera, rechazara un título tan popular. Pero recordó que Macras lo sorprendió aceptando. «Me dijo: ‘Sí, me gusta el pop’. Porque cuando se trata de ópera, no hay nada más pop que Carmen‘».
Mark Ruffalo festeja el Globo de Oro por su labor en «Pobres criaturas», en enero de 2024. Foto: Reuters/ Mario AnzuoniEn todos sus trabajos, ya sean para el escenario o la pantalla, Macras dijo que su objetivo es crear un «espacio para que el intérprete haga algo que sienta que ese material es suyo, porque de lo contrario se siente mecánico y extraño».
La previa con Emma Stone y Mark Ruffalo
Antes del rodaje, la coreógrafa y dos de sus bailarines ensayaron intensamente con Stone y Ruffalo. Ruffalo dice que Macras se presentó con una versión sólidamente trabajada de la danza, que luego evolucionó durante el proceso de ensayo.
«A partir de ahí, empezamos a jugar con ella y a colaborar», explica. «Yorgos señalaba que una parte no le parecía bien y entonces todos empezábamos a probar otras cosas para llevarla a un lugar de su agrado», continuó.
«Al final, lo que Yorgos buscaba era una estructura en la que pudiéramos ser libres. Quería que la relación fuera física. Fue realmente una colaboración fantástica con Constanza y sus colegas», afirmó.
Macras también trabajó con Stone y Ruffalo en la alocada pelea que estalla poco después del baile, cuando Duncan se enfrenta a un apuesto caballero mayor que le hace ojitos (guiños, para ser exactos) a Bella. La pelea parece impulsada por la energía maníaca desatada por el baile desenfrenado de Bella.
«Le gusta bailar. También le gustan las cachetadas», comenta entre risas Robbie Ryan, director de fotografía de la película, nominado al BAFTA y al Oscar.
En una videollamada desde Edimburgo (Escocia), donde está rodando una nueva película, describió a Macras como una persona abierta y creativa, y afirmó que su sensibilidad se traduce bien en el enfoque de Lanthimos, que es artísticamente serio y al mismo tiempo acepta el absurdo e incluso la tontería.
El director Yorgos Lanthimos y la actriz Emma Stone, en la entrega de los premios BAFTA, el 18 de febrero. Foto: Reuters/Isabel Infantes«Obviamente, su estilo está en el nombre de DorkyPark», dijo Ryan, que también rodó La favorita.
«Siempre es un poco como, no tonto, pero es sin duda una visión interesante de la danza contemporánea normal y ella empuja los límites en gran medida de una manera, casi divertida», dijo. «Creo que eso encaja con la sensibilidad de Yorgos», añadió.
Macras dijo que siente que coreografiar para la pantalla te da algo «que nunca se consigue en el teatro». Naturalmente, la cinematografía desempeña un papel fundamental. «La cámara es realmente un trabajo coreográfico también«, explicó.
Ryan contó que cuando llegó el momento de rodar la escena del baile, la preparación de los actores hizo que su trabajo fuera razonablemente fácil. «Encontramos la manera de poder bailar a su alrededor», dijo, y añadió: «Me preocupaba golpearlos todo el rato, pero lo negociamos».
Sin embargo, las cosas se pusieron más difíciles en la pelea. Ryan rodó la escena cámara en mano y, en un momento dado, Stone golpeó el objetivo de la cámara con su bota.
Por suerte, nadie resultó herido. Para Ruffalo, trabajar con Macras le permitió descubrir una faceta diferente de sí mismo como intérprete. «Me di cuenta de que sé bailar y de que puedo hacer comedia física de una forma divertida, pero también honesta», dijo.
Traducción: Patricia Sar