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El regreso de Sumo: Pettinato y Daffunchio reeditaron en vinilo su primera grabación de 40 años atrás

Roberto Pettinato y Germán Daffunchio se conocieron hace poco más de 40 años. Los unió Luca Prodan en una sala de ensayos y enseguida se pusieron a tocar juntos en Sumo, sin saber que estaban dando forma a una de las grandes leyendas del rock argentino.

Hoy, la flamante edición en vinilo de su primera grabación juntos los volvió a unir y compartieron anécdotas con emoción y alegría, sin nostalgia.

Se trata de Corpiños en la madrugada, una suerte de demo para atraer a las discográficas, que al final terminaron publicando en cassette y lo vendían en sus legendarios shows por el circuito under de Buenos Aires en 1983-84, antes de sacar su primer disco «oficial», Divididos por la felicidad.

A esa altura de la historia, Luca Prodan había llegado a la Argentina en agosto de 1980, buscando escapar de su adicción a la heroina, atraído por una bucólica foto de un compañero de colegio (Timmy McKern) que vivía en Traslasierra, Córdoba. Enseguida quiso armar una banda de rock y reclutó a Daffunchio, cuñado de Timmy, y a su amigo Alejandro Sokol.

Roberto Pettinato y Germán Daffunchio muestran la foto de Sumo en 1983, que aparece en el flamante vinilo de Roberto Pettinato y Germán Daffunchio muestran la foto de Sumo en 1983, que aparece en el flamante vinilo de «Corpiños en la madrugada». Foto: Mariana NedelcuEntusiasmado, Luca volvió a Londres para comprar instrumentos y convenció a la baterista Stephanie Nuttal de sumarse a la aventura. Se instalaron en Hurlingham y recorrieron pequeños pubs de Capital y Gran Buenos Aires, pero en 1982 Stephanie volvió a su país debido a la Guerra de las Malvinas.

Una nueva etapa se coronó con el pase de Sokol a la batería y el ingreso de Diego Arnedo como bajista y Pettinato como saxofonista. Esa formación quedó plasmada en el cassette Corpiños en la madrugada, varios meses antes de la partida de Sokol, el ingreso de Ricardo Mollo+Superman Troglio y la firma del contrato discográfico con CBS, donde grabarían los tres discos oficiales de Sumo.

Reencuentro emotivo

La edición en vinilo de Corpiños en la madrugada fue una iniciativa de Pettinato junto a su amigo Marcelo Frías, quienes ya habían fabricado los LP de Pettinato plays García. Bastó el visto bueno de McKern para arrancar con este proyecto, que se convirtió en un álbum doble y agregó un tema inédito.

Dato para fans y coleccionistas: para comprarlo hay que contactarse directamente vía Instagram con el sello @n.y.c_records

Roberto Pettinato y Diego Arnedo en la presentación del vinilo de Roberto Pettinato y Diego Arnedo en la presentación del vinilo de «Corpiños en la madrugada», en la disquería Musicomio. Foto: IGY así como Pettinato lanzó el disco en un evento junto a Diego Arnedo en la disquería Musicomio, este reencuentro especial con Germán Daffunchio completó su paseo por el boulevard de los recuerdos. La cita fue en su casa, aprovechando dos shows de Las Pelotas en Capital, y la charla fue durante un almuerzo en un café cercano.

El primer recuerdo fue del saxofonista: «Me acuerdo que hice la tapa cuando estábamos por sacar el cassette. Quería que fuera como el álbum blanco de los Beatles, solo con el nombre del grupo y el título sobre un fondo blanco».

-En esa época no era sencillo ni barato grabar un disco, ¿cómo pagaron la grabación?

Germán: -Creo que Timmy y Luca vendieron unas vacas.

Roberto: -¿¿¿Para grabarlo vendieron unas vacas???

Germán: -Sí. Era como una inversión que habían hecho con -no sé- diez vacas. En otra ocasión invirtieron en comprar olivas.

Roberto: -Algo que no recuerdo es por qué elegimos el estudio Del Jardín, ahí en avenida Santa Fe casi Talcahuano, en un primer piso.

Germán: -Era el estudio de moda. Fue donde Charly había creado el sonido del tambor de Willy Iturri en Yendo de la cama al living. Por eso fuimos.

Un sonido irreproducible

Corpiños en la madrugada tuvo una edición inicial de 300 cassettes y solo se vendía en los shows de Sumo. Incluyó temas que no aparecieron en los tres discos oficiales, como Night and day y Teléfonos que suenan en habitaciones vacías, y canciones que luego regrabaron con la formación siguiente, como Una noche en New York City, Mejor no hablar de ciertas cosas y Disco baby disco.

Roberto Pettinato y Germán Daffunchio con el vinilo de Roberto Pettinato y Germán Daffunchio con el vinilo de «Corpiños en la madrugada». Foto: Mariana Nedelcu Una anécdota es que más adelante intentaron regrabar Heroin y no pudieron reproducir el sonido y espíritu de Corpiños…, así que en el LP Llegando los monos incluyeron la versión original del ’83.

-¿Qué les parece hoy el sonido de «Corpiños…»?

Roberto: -La gran clave del disco es la guitarra de Germán y la forma de Sokol de tocar la batería, que luego fue irreproducible.

Germán: -Alejandro había absorbida la impronta y el espíritu de la batería de Stephanie. ¿Te acordás que ella lloraba cuando tocaba? Le pegaba con rabia, como insultando, y se ponía toda roja. Alejandro heredó ese sonido.

Fue nuestra primera experiencia seria de una grabación. Nunca habíamos grabado el concepto sonoro como tenía que ser, por partes. Lo tomamos muy en serio. Fuimos a grabar con los temas bien ensayados.

Roberto: -¡Es un disco tan especial para mí…! Es el sonido de un Sumo que no se volvió a repetir. Era un Sumo más cristalino, casi electroacústico. Después llegó la batería electrónica que no me gustaba, la Linn 9000.

Germán: -Una cosa que es muy loable del disco es que fue hecho con los recursos que había. Era todo muy limitado, el mínimo de lo mínimo. Y en eso me parece que radica la virtud de este disco. Hay magia a pesar de todo. Corpiños… fue una producción independiente, algo que prácticamente no existía. Si no estabas en una compañía de discos, no había forma de bancar nada.

Una época de resistencia

En 1983, cuando se grabó Corpiños en la madrugada, todavía estaba el gobierno militar, pero faltaba poco para las elecciones y el regreso de la democracia. En la ciudad había lugares claves donde se podían hacer cosas locas como un grupo con un cantante italiano que decía versos en inglés, pero seguía habiendo edictos policiales que permitían arrestar a cualquiera.. o a todo el público de un recital.

Sumo en 1983: Luca Prodan, Alejandro Sokol, Roberto Pettinato, Germán Daffunchio y Diego Arnedo. Foto del álbum.Sumo en 1983: Luca Prodan, Alejandro Sokol, Roberto Pettinato, Germán Daffunchio y Diego Arnedo. Foto del álbum.Según Pettinato, parafraseando el tema de Sumo, «Era una época de teléfonos que suenan en un cuarto vacío. Era muy así Buenos Aires».

«Era la época militar,» subraya Daffunchio. «Todo el mundo estaba re cagado y no salía nadie. Era una época de resistencia total, de salir porque había que salir. Me acuerdo que una vez compartimos una fecha con el Negro Fontova, que vio que entró la policía y les empezó a cantar Me tenés podrido en la cara».

«Otra vez -agrega Germán- estábamos en La Esquina del Sol, llegó la policía y Luca nos decía que sigamos tocando, así no nos llevaban. ¡Y cuando terminaron de llevarse a todos vino un policía y dijo ‘Bajen’ porque nos querían llevar como testigos! Estuvimos toda la noche ahí, hasta la mañana siguiente».

Y como si los recuerdos se le vinieran todos juntos a la memoria, el guitarrista cuenta una historia más: «Cuando tocamos en un lugar llamado Boogie Boogie (N.deR.: Beruti entre Billinghurst y Sánchez de Bustamante) llegó la policía con camiones apenas empezó el show, durante el primer tema. ¡Se llevó a todo el mundo, nosotros incluidos! Tengo la imagen imborrable de un cabo saliendo con el pasaporte de Luca, lo llamó para devolvérselo y todos se pusieron a aplaudir».

Pettinato también se acuerda de un detalle insólito de esa época: «Ensayábamos en Hurlingham en un sótano lleno de botellas, una cava, en la casa de unos familiares de Timmy que vivían al lado, la familia Potter. ¡Pero nos echaron porque Luca empezó a tomarse los vinos uno a uno, y un día descubrieron que se los terminó todos!».

El camino a la reedición en vinilo

-Germán, ¿hace cuánto que no escuchabas estos temas?

Germán: -No lo escuché más, porque es un disco que lo habré escuchado 11 millones de veces en ese momento. Lo tengo tatuado. La primera vez que lo volví a escuchar fue en la casa de Roberto, hace poco, y fue una caterva de recuerdos. Fue revivir una época de inocencia.

Me acuerdo que antes de grabar Corpiños… hicimos una prueba que nos consiguió Beco Rota, el productor que trajo a Queen, en el estudio de Francis Smith. Grabamos Cambalache y La rubia tarada. Nos rechazaron, claro. Recuperé la cinta años después, de pura casualidad.

El cassette original de El cassette original de «Corpiños en la madrugada», de Sumo.-¿Les sorprende que el grupo se haya convertido en mito?

Roberto: -Cuando lo escucho siempre es con una gran alegría, porque digo “¡Este es el grupo en el que estuve!”. A veces no entiendo por qué cambiamos el sonido después de Corpiños….

Germán: -En esa época ya estábamos tocando en el Café Einstein y no había forma de firmar con una compañía de discos, así que surgió al idea de los cassettes. En ese momento no fue una gran idea. Me acuerdo de estar en un show y enterarnos que vendimos dos cassettes. Luego, poco a poco, se fueron vendiendo.

-¿Te acordás, Germán, del ingreso de Petti?

Germán: -Sí. Por la noche fuimos a hacer una nota, porque él era periodista de rock en la Expreso Imaginario, y se termina viniendo con nosotros en el Urquiza a ensayar a Hurlingham.

Roberto: -Yo siempre tenía saxofones en la redacción, para tocar un ratito cuando escribía las notas.

Germán: -En esa época el saxo no era moneda corriente. Sumo tenía una cosa creativa muy libre.

-¿Cómo fue el proceso para hacer el vinilo?

Roberto: -Usamos el CD. Las mezclas iban y volvían, porque lo mezclaron en Estados Unidos. Yo quería que el disco tenga bajos, porque siempre me había quedado con la idea de que tenía pocos bajos. Además, lo hicimos un álbum doble para poder abrir el surco y que suene más gordo.

El CD de El CD de «Corpiños en la madrugada», de Sumo.-Y ahí metieron el inédito, porque no está «Heroin», que pasó a ser de CBS/Sony.

Roberto: -Lo llamé a Timmy, le pregunté si tenía algo, y apareció este tema, El hombre paraguayo, que suena bastante bien. la letra es una locura, porque Luca cuenta que está tomando una ginebra en un bar de estación de tren y ve a un hombre de ojos azules y flashea que es un jerarca nazi.

Germán: -Tengo grabado un instante que me levanté a la mañana, después de haberlo grabado la noche anterior. Pertenece a una partida de temas que son los últimos que grabamos en esa época. Fue algo muy experimental. Estábamos buscando una identidad.

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