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El efecto boomerang de subir las retenciones a la soja y sus derivados

El ingreso de divisas proyectado para el período enero-abril 2024 podría llegar a 8.000 millones de dólares, una cifra superior a los US$ 5.128 millones que ingresaron durante el mismo período de este año pero inferior a los US$11.100 millones de igual período de 2022, el año anterior a la sequía.

El presente análisis de proyección en el ingreso de divisas entre enero y junio de 2024 toma en cuenta los últimos y recientes anuncios del Gobierno nacional en materia económica, cambiaria y de derechos de exportación.

La dinámica de la coyuntura y la velocidad de los cambios en los hechos hace que esta proyección deba considerarse como la fotografía de la situación actual.

A dos semanas de la asunción del nuevo gobierno, la dinámica de los hechos, anuncios y cambios viaja a una velocidad nunca antes vista en la historia del país. De todas las preocupaciones que han trasmitido las autoridades económicas surge una, la necesidad de divisas, que es prioridad uno para facilitar el tránsito más rápido de lo posible hacia índices de inflación alejados de la híper.

Veamos cuáles fueron las medidas implementadas por el Gobierno para comenzar a blanquear los desajustes cambiarios y eliminar la distorsión en los precios relativos, consecuencia de la mala praxis política y económica y de los desmanejos resultantes aplicados por el gobierno anterior.

Al incremento de 110% en la cotización del dólar oficial, de 380 pesos a 800 pesos por unidad, se suma la posibilidad que los exportadores puedan liquidar a un nuevo dólar agro mix, que se compone de 80% al valor dólar oficial conocido como Mercado Único Libre de Cambios y 20% al dólar Contado con Liquidación. A mitad de esta semana, el resultante es de 850 $/US$.

Otra de las medidas anunciadas ha sido el aumento de los derechos de exportación (conocidos como retenciones) de todos los productos agropecuarios al 15%.

En principio se excluían el poroto de soja, el aceite y los subproductos de soja, que se mantienen en el 33% y 31% respectivamente.

En este último caso, esta semana se conoció una propuesta del secretario de Agricultura de aumentar las retenciones a las exportaciones de harina y aceite de soja del 31% al 33%, a partir del principio de igualdad tributaria, mostrando un desconocimiento del origen de ese diferencial que ayuda a mantener la competitividad de la industria de soja y la generación de valor agregado.

La modificación de las retenciones debe ser presentada, discutida y aprobada por ley en el Congreso de la Nación. Por este motivo todavía no están vigentes y viene muy bien hacer un ejercicio y echar un poco de luz para poder estimar el impacto potencial de esta medida en el futuro ingreso de divisas.

¿Los productores de trigo y de maíz resisten un aumento de las retenciones del 12 al 15%?

Prima facie, si los productores han recibido un aumento del 110% en el valor del dólar por la devaluación, resulta sensato pensar que un aumento de 3 puntos porcentuales en el nivel de las retenciones no debería causar rechazos, ya que la mejora del tipo de cambio es sustancialmente mucho mayor que la pérdida del 3% en el precio recibido por el aumento de las retenciones.

Esto, sin dejar de mencionar que las retenciones a la exportación es el peor instrumento, el más discriminatorio y con efectos negativos sobre la competitividad del sector productor y agroexportador.

Ahora bien, compensar el no aumento en las retenciones a los productos de las economías regionales aumentando las retenciones al aceite y la harina de soja, sacrificando así la competitividad del sector más competitivo de la Argentina como es la industrialización de soja, aceites y subproductos, podría tener un efecto boomerang, generando un menor ingreso de divisas durante 2024 y haciendo peligrar las fuentes de trabajo.

Pérdida de competitividad

Veamos cuál puede ser el impacto de la medida que implica la eliminación del diferencial arancelario que rige en la actualidad.

Con la eliminación del diferencial actual del 2% de las retenciones a las exportaciones (de 31% a 33%), la industria aceitera debe asumir un aumento en sus costos de elaboración de entre 9 y 11 dólares por tonelada.

Para ello la industria aceitera deberá bajar su precio de compra en la soja disponible, pagando a los productores entre 9 y 11 dólares menos por tonelada.

De ese modo, los principales perjudicados con el aumento en las retenciones de la harina de soja y el aceite de soja son los productores, que verán reducidos sus ingresos en el orden de 400 millones de dólares anuales.

A su vez, con la baja a “cero” en las retenciones de los productos de las economías regionales dejan de ingresar dólares en concepto de las retenciones a la exportación 95 millones de dólares anuales.

En una desproporcionada medida, con el incremento de las retenciones de la harina de soja y el aceite de soja, el Gobierno prefiere (o no se da cuenta) de que los productores de soja pierden US$400 millones de dólares, cuando el costo de retenciones “cero” a las economías regionales es de US$95 millones de dólares.

¿Saben esto los productores de soja o las gremiales del campo?

La pérdida en el diferencial de retenciones afecta la competitividad de uno de los sectores más competitivos de la Argentina, la agroindustria procesadora de soja, y vuelve a colocar a nuestro país como benefactor de la exportación de commodities agrícolas en lugar de promover las exportaciones con mayor valor agregado.

El menor ingreso que recibirán los productores podrá tener un impacto negativo en la utilización de mejor tecnología en la próxima campaña de siembra de soja 2024-2025 y un impacto negativo sobre la potencial de superficie de siembra y el volumen de producción.

Cae el ingreso de divisas 2024

La pérdida del diferencial provocaría un aumento adicional en las exportaciones de poroto de soja por un volumen estimado de 3 millones de toneladas. Si esto ocurre, la única forma de competir con la oferta de soja de Brasil (que exporta 100 millones de toneladas de poroto de soja) es bajando los precios FOB de exportación de soja Argentina.

Por esa vía, el ingreso de divisas aumentaría en US$1.401 millones. Pero la reducción en el volumen de molienda de soja, por márgenes de molienda negativos, podría ser superior a los 5 millones de toneladas y el ingreso de divisas en este renglón caería US$2.260 millones, con un saldo neto de una caída de divisas de 860 millones de dólares.

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