El gobierno provincial avanza en una serie de iniciativas para fortalecer el sistema educativo, combinando inversión en infraestructura, garantía de días de clase y programas pedagógicos estratégicos. Estas medidas buscan mejorar la calidad educativa y recuperar la confianza de las familias en la escuela pública.
Bajo el programa «1000 Aulas», la provincia avanza en la construcción y refacción de establecimientos escolares en toda la provincia de Santa Fe, atendiendo el déficit histórico de infraestructura para garantizar espacios dignos de aprendizaje. Este esfuerzo se enmarca en una política integral que prioriza las condiciones básicas para el desarrollo educativo.
Un cambio significativo en el último año ha sido la estabilidad del calendario escolar. Tras períodos marcados por conflictos sindicales, el ciclo 2024 se desarrolló sin interrupciones, cumpliendo con los 180 días de clase previstos y el ciclo lectivo 2025 continúa en la misma línea. Este escenario de normalización ha sido valorado por muchas familias.
En el plano pedagógico, el Plan Raíz se presenta como una estrategia integral de alfabetización. Su objetivo principal es que los niños y niñas adquieran, al finalizar el primer ciclo de primaria, una lectura y escritura fluida, con ampliación de vocabulario y capacidad para comprender y producir textos acordes a su edad. Además, contempla la entrega de libros y materiales didácticos para abonar a esos fines. Al mismo tiempo, el plan incluye la formación de miles de docentes y directivos, con metas concretas como alfabetizar a más de 106.000 estudiantes de primer grado para 2026. La iniciativa también contempla un sistema propio de evaluación para monitorear los resultados en lectoescritura comprensiva.
Por otro lado, la política de Asistencia Perfecta para docentes ha generado un debate particular. En mayo, más de 51 mil educadores recibieron el incentivo por cumplir con la asistencia completa. Mientras algunos sectores del sindicalismo cuestionan el mecanismo, desde el Ministerio de Educación destacan su impacto en la regularidad del dictado de clases. Muchas familias, por su parte, valoran positivamente esta medida al asociarla con mayor presencia docente en las aulas.
El conjunto de estas políticas -infraestructura, continuidad pedagógica, alfabetización y estímulos a la asistencia- configura un modelo que el gobierno provincial presenta como integral. Los desafíos persisten, pero las autoridades insisten en que la prioridad es «una escuela estable, con docentes presentes y alumnos aprendiendo». Para un sector importante de padres, estos avances representan una dirección que debería consolidarse en los próximos años.