Tremendo final en el Gigante. Con ese Pelado que iba e iba y parecía agotarse en el intento. Con el retornado con esa rodilla de incógnita. Y fueron ellos, los de la vieja guardia campeona con Miguel Ángel Russo, los que allanaron la victoria que acercó a este Central de Ariel Holan un paso más a un nuevo título.
Carlos Quintana y Jaminton Campaz, de ellos se habla. Minutos antes de ese épico final, de esa trepada al alambrado con lo último que le quedaba y que hacía recordar a otro jugador con la camiseta 2 canalla de hace 30 años (curiosamente, también asistido por un número 10), Quintana había robado una pelota cerca de su área, fue y fue, y llegó a buscar el cabezazo al área contraria.
No fue esa vez, pero sí a los 42’, ya en un tiro libre desde la izquierda fabricado y ejecutado por Malcorra, que Quintana tuvo su merecido premio, tras ganarle el salto con claridad a Núñez y hacerle picar la pelota antes a Mansilla desde corta distancia.
“Sentía que podría convertir y me tenía confianza”, dijo luego el Pelado. Gol, explosión en el Gigante, desahogo y merecido premio para ese zaguero central indispensable, que descubrió la gloria ya de grande conduciendo a Patronato a un título inédito y luego en Central, con el festejo del 2023.
Leer más: Central lo hizo de nuevo en el Gigante
También Jaminton Campaz clave en Central
En aquella final con Platense en Santiago del Estero también estuvo Campaz, el que parecía que podía seguir ausente del equipo. El que fue citado a concentrar pero sin certezas de que pudiera ir al banco, por aquel esguince de ligamento externo de la rodilla derecha en el final del partido con Instituto.
Pero sí fue, a diferencia de Facundo Mallo, que de nuevo como ante Independiente lo vio tomando mate desde un palco por una molestia física no especificada.
Y cuando Central precisaba más juego y Holan ya había mandando a la cancha a Gaspar Duarte por Lautaro Giaccone, Campaz tuvo su chance de entrar unos minutos por un laborioso pero improductivo Santi López.
Fueron 22 minutos más el adicional que tuvo el Bicho en cancha sin que pudiera desequilibrar mucho, como si tuviera el freno de mano puesto. Pero cuando se abrieron los espacios tras el grito a modo de enorme desahogo de Quintana, empezó a pesar.
Dos reclamos y adentro para el Bicho
Primero fue dos veces egoísta para intentar definir él cuando tenía compañía mejor ubicada, sobre todo en la segunda de Malcorra. Pero tuvo la tercera y no perdonó. Mansilla primero se la sacó a Duarte y luego al mismo Campaz, pero el rebote volvió a quedarle y ahí sí no perdonó.
Leer más: El estallido que casi se lamenta
Lo hizo con su zurda mágica, pero apenas la pelota llegó a la red se besó la derecha. Clara muestra de los problemas que arrastró y que tal vez estuvo por la instancia decisiva que se trataba, sino tal vez se esperaba un poco más.
Ahí sí el Gigante se alivió definitivamente y más Campaz, que hizo el bailecito junto a Duarte y celebraba luego como un chico frente a una tribuna desbordante de felicidad.
“Hicimos un gran partido, somos un equipo humilde, que tenemos ganas de conseguir cosas importantes. La gente esta muy entusiasmada y nosotros también”, dijo Quintana, elegido por la TV y por Ovación también como la figura de la cancha. El y Campaz, los de la vieja guardia de Russo que van por la misma gloria con Holan.