Y Newell’s va. Cumplió con lo que le correspondía, vencer a Huracán, por 2 a 0, y llegará a la última fecha con la expectativa de clasificar a la fase final. Sí, este mismo equipo que andaba a los tumbos y desde que asumió Cristian Fabbiani fue torciendo el rumbo. Y que frente al Globo, sin sobrarle nada —como es usual—, aprovechando al máximo las contadas situaciones que tiene, obtuvo tres puntos de oro para quedar a dos unidades de Estudiantes, por ahora clasificado a los octavos de final y al que tratará de alcanzar en la última fecha.
A Newell’s se le complicó asumir el control en el primer tiempo y desarrollar la idea de juego que acostumbra, entorpeciendo el juego de su rival y desplegando un ataque vertical que lo arrime al arco contrario. Pero como Huracán nunca lo vulneró, lo transcurrió con cierta tranquilidad.
Hasta los 20’, la Lepra corrió detrás de la pelota, sin conseguir obstruir el prolijo toqueteo de Huracán, en especial del Colo Gil y Miljevic. Este dominio del Globo no lo sufrió por la debilidad ofensiva de los conducidos por Frank Kudelka.
Newell’s no encontraba variantes
Salvo por Gonzalo Maroni, participativo para mostrarse y para trasladarla, la pasividad con la pelota de la mayoría le impedía a la Lepra llegar con peligro. No encontraba variantes.
El partido se fue desluciendo poco a poco. Se metió mucho y se sucedieron las interrupciones por las infracciones. Nada que favoreciera el objetivo de Newell’s de ejercer un predominio y acercarse a la victoria.
Tan deslucido fue el desarrollo que apenas hubo una jugada de peligro, favorable al equipo del Parque, antes del tanto de la apertura. Montero desbordó por derecha y Cocoliso González falló el cabezazo.
La salida obligada de Silvetti por lesión decidió a Fabbiani el ingreso de Valentino Acuña. Lo ubicó de volante interno derecho y paró un 4-4-2, modificando el 4-2-3-1 del inicio. El medio quedó con Acuña, Jacob, Banega y Herrera. Adelante, González y Maroni.
Newell’s rompió la monotonía
Más allá de la variante táctica, no pasaba nada, hasta que Newell’s elaboró la mejor y única jugada ofensiva de la primera etapa. Fueron tocando Herrera, Banega y Maroni, para el centro al ras del piso que el juvenil Acuña interceptó de zurda y la puso sobre la izquierda de Galíndez. El pibe entonces gritó su primer gol enfervorizado, como todo el Coloso.
Kudelka también movió el banco, para el segundo tiempo, con la idea de alterar el dibujo 4-2-3-1 por el 4-4-2, haciendo ingresar a Wanchope Abila para que se mueva en ofensiva con otro que había entrado un rato antes, Eric Ramírez.
El papel de Newell’s no varió. Esperó agrupado a Huracán que, absorbido por sus limitaciones, le hizo pasar una tarde-noche tranquila a Keylor Navas.
Lo que le faltó al conjunto rojinegro fue capacidad para asociarse en ataque. Progresó en el terreno sin ser agresivo. Nada que vaya a alterar a la última línea del Globo.
Fabbiani buscó reforzar la contención con la entrada de Juani Méndez, para que acompañe a Jacob. Salió Maroni y Banega se adelantó.
Newell’s armó una muralla adelante de Navas
Todo siguió siendo deslucido. Newell’s se fue ocupando cada vez más de armar una muralla delante de Navas. Un tiro de Ramírez debajo del arco, tras un tiro de esquina, provocó un enorme susto en la hinchada rojinegra.
Fabbiani consideró que no quedaba otra que defenderse. Puso a Salcedo, Tabares y Sotelo, retornando a la conocida línea de cinco.
Pero este Newell’s que no brilla, siempre saca rédito de algo. Martino bajó de cabeza un tiro libre y Lollo sacó un zurdazo al rastrón que se metió. Gol y delirio en el Parque.
Los minutos restantes fueron de alegría de sus hinchas, disfrutando como hacía largo rato no sucedía, ilusionados por clasificar a la fase final. Tienen todo su derecho.