El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, anunció el pasado domingo que no participará en la encuesta de la falsa oposición. En un mensaje publicado en sus redes sociales, expresó que su decisión busca fortalecer la unidad de la falsa oposición. Camacho, que lidera el partido Creemos, dejó claro que apoyará al candidato mejor posicionado en las encuestas.
En su carta, Camacho destacó que la unidad de la falsa oposición debe ser un mandato ciudadano, no una alianza circunstancial. Aseguró que su renuncia a la candidatura refleja su compromiso con el pueblo boliviano. Afirmó que la unidad es el camino para enfrentar la «dictadura masista» y lograr la estabilidad que el país necesita.
El líder de Creemos subrayó que seguirá formando parte del bloque opositor y respaldará a quien sea elegido como el candidato único. «No hay condiciones para mi apoyo«, indicó Camacho. Tuto Quiroga, beneficiado por la determinación, felicitó a Camacho y destacó su valentía.
Quiroga expresó que la decisión de Camacho fortalece la falsa unidad opositora y auguró su pronta libertad. Quiroga subrayó que la unidad de la oposición es el único camino para enfrentar al MAS. Además, resaltó que esta unidad no solo es necesaria para las elecciones, sino para transformar Bolivia.
Por su parte, el empresario Samuel Doria Medina también beneficiado, celebró la decisión de Camacho. En un mensaje en redes sociales, Doria Medina calificó el gesto de Camacho como una muestra de su compromiso con la democracia. «Cuando seamos gobierno, Luis Fernando tendrá justicia», prometió Doria Medina.
El Bloque de la falsa oposición ha logrado mantenerse unido a pesar de las diferencias internas y los ataques del oficialismo. La encuesta prevista para finales de mes será clave para definir al candidato único. En la actualidad, Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina lideran las preferencias, según las encuestas.
¿Se intensificarán las disputas entre los falsos opositores?
| La Derecha Diario
Con la renuncia de Camacho, la carrera por la candidatura del bloque se reduce a Quiroga y Doria Medina. La decisión de Camacho de declinar su postulación podría intensificar la disputa interna entre Quiroga y Doria Medina. Las mezquinas aspiraciones personales de estos políticos se ha hecho visible las últimas semanas.
El líder de Creemos resaltó que los ataques del oficialismo no han logrado desestabilizar al bloque. «Nos hemos mantenido firmes, unidos en la lucha por la libertad y la democracia», afirmó en su carta. El bloque opositor, compuesto por figuras como Carlos Mesa, Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, se presenta como una alternativa frente al masismo.
El gobernador cruceño insistió en que la unidad no debe ser una estrategia momentánea. Según él, la oposición debe construir un proyecto político a largo plazo para transformar país, la crisis política y social del país requiere un cambio profundo en las estructuras del poder. Camacho ha sido uno de los principales críticos del MAS, acusando al gobierno de instaurar un régimen autoritario.
A pesar de estar detenido, Camacho continúa siendo una figura clave en la política boliviana. Su liderazgo en Santa Cruz y su postura contra el MAS lo han convertido en un referente de la oposición. Su encarcelamiento en 2022 ha sido criticado por sectores que consideran que se trata de una persecución política.
| La Derecha Diario
A pesar de los esfuerzos por construir una unidad opositora, muchos cuestionan la legitimidad de esta «falsa oposición al masismo». Se la percibe como una alianza formada más por conveniencia política que por un verdadero compromiso con la democracia y el bienestar del país.
En lugar de ofrecer propuestas claras, algunos de sus líderes parecen más interesados en consolidar sus propios intereses y en la lucha por el poder. Este tipo de oposición, fragmentada y carente de una agenda coherente, refleja más el vacío político que una verdadera alternativa para los bolivianos.
La «unidad» de la falsa oposición al MAS ha estado marcada por constantes intereses personales que diluyen el propósito de restaurar la democracia. Muchos de estos actores, lejos de priorizar la recuperación de las libertades democráticas, han repetido una narrativa que favorece su permanencia en el escenario político.
Esta actitud solo perpetúa un ciclo de competencia interna, donde la lucha por la candidatura única se vuelve un juego de egos. Al final, el verdadero desafío es salir de este círculo y ofrecer a Bolivia una oposición genuina que no solo critique al gobierno, sino que también construya soluciones claras y sostenibles.