Por estas horas y quizás por unos cuantos días (o semanas) más, el mundo sigue hablando del fenómeno que resultó Lux, el nuevo disco de la artista catalana Rosalía, primero en todos los rankings y el más escuchado a nivel global en Spotify.
No suele ocurrir que el tema de la semana sea la publicación de un disco. La política, la economía, diversos sucesos o el fútbol eclipsan los temas culturales y del espectáculo. Sin embargo, Lux, el cuarto trabajo de la artista, que vio la luz hace menos de una semana, pasó como un ciclón por encima de otras cuestiones y se situó en el centro del debate público a nivel global.
Desde el punto de vista de ese impacto, lo primero que trasciende son los apabullantes números del fenómeno. Lux se plantó en el mercado como el debut más fulgurante de un disco español, colando, al día siguiente de su lanzamiento, doce de sus quince cortes en el Top 50 Global de la referida plataforma Spotify, algo extremadamente complicado en un mundo dominado por la cultura anglo.
Tan sólo cinco días después de ver la luz, “La Perla” acumula más de diez millones de reproducciones, seguida por “Reliquia” y “Sexo, violencia y llantas”, con más de siete y ocho millones, respectivamente.
Lejos quedan las más de 40 millones de escuchas de “Berghain”, primer adelanto de Lux, que lleva sonando desde el 27 de octubre. Las piezas menos reproducidas, “Memória” y “Magnolias”, que cierra el disco, se sitúan en los cuatro millones, todas cifras enormes para una primera semana e impensadas para la mayoría de los artistas.
“Divinize”, cantada en catalán e inglés, también fue el mejor debut de la historia de un tema en catalán, consiguiendo entrar en el número 14 del Top 50 Global, algo que ningún otro artista había logrado.
Además, Rosalía también posee la canción en catalán más reproducida de la historia, gracias a los 89 millones de escuchas de “Milionaria”, más del doble de las que aglutina “La gent que estimo” de Oques Grasses y Rita Payés, siguiente tema en esa lista.
Este hito, sin embargo, no le ahorró a Rosalía críticas en su tierra natal, ya que fueron varias las voces que cuestionaron en medios catalanes y redes sociales que la de Sant Esteve Sesrovires hiciera cantar en castellano al coro de la Escolanía de Montserrat, un símbolo de la identidad catalana.
Quien sí tuvo palabras elogiosas para la artista fue el presidente español Pedro Sánchez, quien el domingo felicitó a la cantante con un mensaje en la red social X: «¡Enhorabuena, Rosalía, por ese deslumbrante lanzamiento de Lux! Has colocado a España en la cima de la música mundial, con el debut más exitoso de una artista hispanohablante femenina en Spotify, llegando a ser ayer la tercera artista más escuchada de toda la plataforma”.
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“Lux” y la Iglesia
Lux es un disco lleno de espiritualidad, hasta el punto de que Rosalía confesó en una entrevista para un podcast del diario The New York Times que siempre tuvo el deseo de acercarse a Dios, mientras que en su aparición en Radio Noia admitió: “Quizás ese espacio que antes buscaba en una pareja es ahora el espacio de Dios”. Y eso hizo que también haya habido reacciones desde la Iglesia.
En ese plano, el obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Xabier Gómez, en su última carta dominical analizó el disco e interpeló a la artista: “No consigo entenderte, pero me gustaría hacerlo. Tu arte, hipnóticamente ecléctico y performativo, y tú misma, me generan preguntas. Quizás no hay que entenderlo. Pero me pregunto qué hay dentro de ti, en tu mundo interior, en esta etapa o ciclo de tu vida como mujer y como artista”.
“Tus letras me desconciertan, pero también me abren a la posibilidad de un diálogo sobre la complejidad de la experiencia humana”, señala la carta del obispo. Y pontifica: “Tu arte es un espacio donde la vulnerabilidad y la fuerza conviven, donde el deseo y la fe se pueden encontrar”.
Rosalía y el marketing
También en el plano religioso, pero en este caso con un hecho ajeno a la espiritualidad, Rosalía se enfrentó con el abogado del Ayuntamiento de Sijena, Jorge Español, quien pidió, poco antes de celebrarse una escucha de su disco en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), que el evento se suspendiera al entender que las “enormes vibraciones” de la música podrían dañar las pinturas murales, que están muy cerca de la sala donde se llevó a cabo la audición hace unas días.
Este no fue el único acto de promoción del disco que sufrió algún contratiempo, ya que a dos horas del anuncio oficial de la salida de Lux, un panel luminoso en Nueva York adelantó la noticia que iba a dar la catalana en persona desde Madrid. Esto, sin embargo, no detuvo su aparición en Callao, un movimiento que provocó el colapso del centro de la capital. Por si fuera poco, dos días antes de la publicación de su cuarto trabajo, el disco entero se filtró en internet pero a las pocas horas desapareció.
Finalmente, y como prueba del impacto mundial de Lux y de Rosalía en todos los ámbitos, las webs de compraventa de objetos rebosan de ofertas de merchandising de toda clase.
Así, se anuncian vinilos firmados que no bajan de los 120 euros, mientras que las camisetas regaladas en el acto exclusivo del MNAC se están vendiendo por unos 50 euros. Incluso varios usuarios publicaron anuncios en los que ofrecen por más de 15 euros un ejemplar del suplemento El País Semanal, que este domingo llevaba en portada a la artista de Sant Esteve Sesrovires.
Todos estos ejemplos de cifras y anécdotas son sólo una pequeña muestra que dan cuenta del impacto de Rosalía y Lux en la cultura popular, algo cada vez más difícil de conseguir en un tiempo en el que los productos artísticos están sujetos a recorridos extremadamente efímeros.
