Las investigaciones del doble femicidio cometido por Pablo Rodríguez Laurta en Córdoba registraron un nuevo avance con el hallazgo de un cuerpo descuartizado en Puerto Yeruá, Entre Ríos, que según los primeros peritajes pertenecería al remisero Martín Sebastián Palacios, desaparecido desde el 7 de octubre y quien lo habría llevado a cometer el crimen. Así lo informó el jefe departamental de la Policía de Entre Ríos, Claudio González, quien agregó que, por las características del hallazgo y la investigación en curso, “el contexto nos permite sospechar en un 99% que el cuerpo hallado puede ser el que ellos creen”.
Al ser encontrado el lunes alrededor de las 16.30 en un arroyo cercano a Estación Yeruá, una zona rural a unos 30 kilómetros de Concordia, el cuerpo descuartizado “carece de las extremidades superiores y de la cabeza”, además de encontrarse “en avanzado estado de descomposición y sin ropa”. De hecho, la identificación se realiza mediante análisis de ADN y cotejo de huellas, y también se centra en una porción de tatuaje en el hombro que coincide con los distintivos del remisero.
Horas antes de ser hallado, el remisero había avisado a su familia que tenía un «traslado ejecutivo» a Córdoba a cambio de un pago de 1 millón de pesos argentinos, pero su teléfono se apagó poco después de la medianoche, y preocupada por la falta de contacto, su hermana presentó una denuncia por averiguación de paradero. A la madrugada de ese día, una cámara de seguridad registró a Rodríguez Laurta solo en una estación de servicio de San Salvador cargando combustible en el auto.
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A partir de lo que señalaron los investigadores, para el momento del hallazgo el chofer ya estaba muerto y su cuerpo habría sido descartado en algún punto. Después de horas, el Toyota Corolla fue encontrado completamente incendiado en un descampado del barrio Villa Retiro, en las afueras de Córdoba, sobre el camino de las Altas Cumbres, provocando un incendio forestal que afectó a otros 13 vehículos y obligó a evacuar preventivamente a unos 130 visitantes y residentes de la zona.
De esta manera, la fiscalía sostiene que Pablo Rodríguez Laurta asesinó primero al remisero Martín Sebastián Palacios antes de viajar a Córdoba, donde habría cometido el femicidio de su exsuegra, Mariel Zamudio, y de su expareja, Luna Giardina, en Córdoba, junto con el secuestro de su hijo de cinco años. La hipótesis principal es que Palacios fue la primera víctima de Laurta dentro de un plan de fuga y ocultamiento para cubrir sus crímenes y facilitar su escape.
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Laurta fue detenido el domingo en un hotel de Gualeguaychú después de un operativo conjunto entre las policías de Entre Ríos y Córdoba. Allí, en la habitación, los agentes encontraron la billetera del remisero y ropa manchada con sangre, confirmada posteriormente mediante análisis forense. De momento, los investigadores no descartan que el acusado haya intentado borrar rastros del crimen, mientras la fiscalía continúa reuniendo pruebas para determinar con precisión cómo y cuándo.
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La víctima, Martín Sebastián Palacios, de 49 años, era dueño de una pequeña empresa de remises de alta gama en San Salvador, Entre Ríos, y sus allegados lo describen como un hombre reservado, responsable y prolijo, conocido por siempre vestir traje y corbata y realizar viajes largos a distintas provincias. Ahora, los investigadores determinaron que Palacios y Pablo Rodríguez Laurta se conocían desde la pandemia, cuando Laurta lo había contratado para varios traslados.
Alrededor de las 20 horas del martes 7 de octubre, la última vez que se lo vio con vida, Palacios se encontraba frente a la terminal de ómnibus de Concordia vestido con bermudas y musculosa. De hecho, las cámaras de seguridad registraron el momento en que Laurta llegó a pie con un bolso y una mochila, mientras que lo esperaba junto a su Toyota Corolla blanco; ambos se saludaron cordialmente antes de iniciar el viaje que más tarde terminó en tragedia.
Desde ese momento, no volvió a tener contacto ni con su familia ni con sus colegas. Solía mantener comunicación constante con familiares y amigos durante cada viaje, por lo que su silencio generó preocupación de inmediato.
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Posteriormente, el auto de Palacios, adquirido hacía pocos meses, apareció incendiado en Villa Retiro, Córdoba, y más tarde se halló un cuerpo descuartizado cerca de Concordia, que se sospecha pertenece a él.
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