La oposición rechazó con 172 votos contra 73 el veto de Javier Milei a la emergencia en discapacidad, después de un debate que se extendió por más de dos horas en la Cámara Baja.
Hubo tan solo dos abstenciones, una de María Eugenia Vidal y otra de Gabriela Besana, mientras que Martín Menem voto por la negativa. La insistencia se logró pese a la maniobra del riojano, que impuso en Labor Parlamentaria el requisito de juntar dos tercios no solo para ratificar la ley sino también para habilitar su tratamiento.
Esa jugada era una apuesta para quebrar a los aliados del gobierno que se habían sumado a la estrategia del peronismo, porque se basaba en que el debate de los vetos se llevaba al recinto sin que se hubiera discutido antes en comisión. Sin embargo, los impulsores de la sesión cosecharon una avalancha de votos contra los libertarios, acaso soliviantados por el desafío que abrió Menem.
La insistencia aprobada con más de dos tercios de los presentes debe remitirse ahora al Senado, donde se verá si la oposición revierte el veto presidencial. Es un resultado que no se produjo nunca, hasta el cierre de esta nota, desde el retorno de la democracia y podría ser otro magullón político para Milei.
Los votos se juntaron con los bloques de UP, el pichettismo, los radicales de Facundo Manes, los lilitos y la izquierda, pero también aportaron su respaldo los gobernadores y los radicales de Rodrigo De Loredo, igual que en la sesión del 4 de junio.
El discurso del cierre del peronismo estuvo a cargo de Eduardo Valdés, que se ilusionó con que «ojalá se pueda llegar a un acuerdo y resolver antes de que llegue al Senado». «Que el gobierno entienda y resuelva», dijo. Sin embargo, el libertario Santiago Santurio no dio ninguna muestra de complacer ese deseo. Durante su intervención, acusó al kirchnerismo de «querer prender fuego el país para dejarlo hecho cenizas».