Wanda Nara vuelve a estar en el centro de la polémica, esta vez por un mensaje que publicó en su cuenta de X (ex Twitter) y luego borró sin dar explicaciones. En plena batalla judicial con Mauro Icardi, la mediática subió un fuerte descargo, pero el posteo desapareció al poco tiempo.
El contenido del mensaje fue revelado por el ciclo Puro Show, donde se aseguró que Wanda escribió que “la Justicia italiana se declaró incompetente” respecto a la restitución de sus hijas, y que Icardi que tiene a su familia viviendo una pesadilla, tenía un plazo para presentar los contratos.
Además, aseguraba que el proceso de divorcio aún no había comenzado y que Mauro estaría usando maniobras para retrasarlo. “Este año no hay divorcio. Una locura del que lo presentó y retrasa a propósito sin presentar nada”, decía el tuit eliminado.
La empresaria también sugirió que el jugador del Galatasaray quería continuar legalmente casado “sin razón aparente”. Sin embargo, lo más llamativo fue que Wanda eliminó el mensaje poco después de publicarlo. ¿Por qué? Según la periodista Angie Balbiani, “porque se dio cuenta de que era una estupidez, o directamente una mentira”.
La versión más sólida indica que la Justicia italiana se declaró incompetente solo en lo relacionado a los alimentos, pero no en todo el proceso de divorcio. De hecho, la causa debería resolverse en Italia debido a que allí se radicó la separación de bienes tras el escándalo con Eugenia “la China” Suárez, actual pareja de Icardi.
Este nuevo episodio se suma a una larga lista de conflictos judiciales entre Wanda e Icardi, en una separación marcada por cifras millonarias. Según reveló el periodista Gustavo Méndez en Mujeres Argentinas, Wanda habría exigido en un escrito judicial la suma de 1,5 millones de euros anuales a Icardi, exclusivamente para ella.
Sin embargo, el pedido fue desestimado por la jueza del caso, quien señaló que la residencia legal de las hijas de la pareja es Turquía, y no Argentina como sostenía Wanda, lo que cambia el marco legal aplicable. Mientras tanto, el proceso de divorcio continúa entre idas y vueltas, y cada nuevo dato que se filtra alimenta la grieta.