En diálogo con Canal E, la abogada previsional Bárbara Schardgorosky cuestionó el posible aumento de la edad jubilatoria y alertó sobre el grave deterioro del sistema que afecta a millones de adultos mayores.
Una jubilación cada vez más lejana y menos digna
El Gobierno analiza un proyecto para llevar la edad jubilatoria a los 70 años a partir de 2030, tanto para hombres como mujeres. Pero la especialista fue contundente: “Ampliar la edad jubilatoria no es un beneficio para nadie, al contrario”, advirtió. “Es una medida que implica una reducción del gasto en jubilaciones”, explicó.
Según la normativa vigente, los trabajadores pueden optar por seguir en actividad hasta los 70 años. Pero, según la abogada, en la mayoría de los casos “una persona de 65 o 67 años se jubila porque no tiene ingresos, no tiene trabajo ni obra social”. Lejos de representar una mejora, esta propuesta “profundiza el castigo a quienes llegan a esa edad sin sostén económico”.
En paralelo, el Senado debate una ley para aumentar los haberes mínimos, iniciativa que el Gobierno ya anunció que vetará si se aprueba. “Esto no le resuelve la vida a nadie: estamos hablando de una diferencia de 60 mil pesos”, señaló. Y criticó la falta de estabilidad normativa: “Cada gestión viene con su manual nuevo y desarticula lo anterior; las jubilaciones siempre quedan en segundo plano”.
Jubilados pobres en un sistema sin rumbo
La especialista describió una situación estructuralmente crítica: “Más de la mitad de los jubilados cobran la mínima”, advirtió. Actualmente, con el bono, el haber ronda los 379 mil pesos. Pero esto apenas alcanza para sobrevivir. Además, “nueve de cada diez mujeres necesitan moratoria para poder jubilarse”, y esa herramienta ya no está vigente.
La pérdida del poder adquisitivo es alarmante: “Entre 2021 y 2024, según fallos de Cámara, los jubilados perdieron más del 50% de su poder de compra”, detalló. En ese contexto, el bono de 70 mil pesos que se otorga desde marzo “no se actualizó y hoy debería ser más del doble”.
Para Schardgorosky, la raíz del problema no está sólo en la etapa pasiva, sino en el sistema laboral previo: “Hay que revisar qué pasa con los aportes, la generación de empleo y la formalidad laboral, porque si hay buenos trabajos, mucha gente puede seguir en actividad”.
Respecto al debate sobre sistemas privados, la abogada fue categórica: “No todo el mundo puede pagar una jubilación privada; eso es sólo para quienes tienen ingresos estables, algo poco común hoy en Argentina”.