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Uno de los sospechosos de participar en el crimen de Lucas Cicarelli es paciente psiquiátrico

Foto: Juan José García

Uno de los sospechosos de participar en el crimen de Lucas Cicarelli, de 30 años, es paciente psiquiátrico. Se trata de un hombre de 33 años que hasta abril estuvo alojado en la Colonia de Oliveros. Según las referencias que se dieron en la audiencia en que fue imputado otro hombre, tenía reacciones violentas. Quedó alojado hasta una nueva revisión psiquiátrica. El otro acusado marchó detenido preventivamente por el plazo de ley.

Lucas Cicarelli, de 30 años y padre de 3 hijos, se encontraba con su novia Martina en la zona de Moreno y el Río. Estaban disfrutando el momento detrás de la baranda que da al barranco, ya en la madrugada del pasado domingo. Lo sorprendieron dos ladrones, uno de ellos empuñaba un arma de fuego. Hubo un forcejeo y Lucas murió tras caer del barranco.

“Lucas me defendió, vi cómo empezó a forcejear con este loco, retrocedí y una persona vino corriendo y se tiró sobre él”, contó Martina

Detenidos

Los sospechosos fueron detenidos. El primero, apenas ocurrido el hecho. Lo encontraron con la mochila de la joven, tiene 38 años y fue identificado como Andrés Rodrigo F.

El otro fue arrestado el lunes siguiente en Avellaneda y Cisneros, tras tareas de inteligencia, contó una fuente policial,  Lo identificaron como Pablo Ismael I.

Sin palabras

La mamá de la víctima, Zulma, dijo: “Lucas siempre fue un chico sano, trabajador, bueno, amable, luchador. Crió a su hija desde que tenía dos meses porque la madre no se quiso hacer cargo. Nosotros siempre estuvimos con él”.

“No hay palabras para describir el dolor por culpa de dos malvivientes. Quiero que agarren a todos los culpables y paguen. No puede ser que maten y sigan como si nada”, agregó y pidió testigos del hecho.

Inimputable

Al traumático hecho delictivo que terminó con la vida de un trabajador se suma que uno de los sospechosos es paciente psiquiátrico. Hasta abril estuvo en la Colonia de Oliveros. Al ser considerado inimputable, no fue sometido a la sindicación fiscal, aunque quedó a disposición de la Justicia a los fines de revisar su situación de salud mental y determinar los pasos a seguir.

A la vez, el caso hizo resurgir interrogantes en relación con personas con problemas de salud mental peligrosas para sí y para terceros, los tratamientos a los que son sometidos y la ley de salud mental en estos casos.

La fiscal Agustina Eiris del Equipo Fiscal Transitorio en Violencias Altamente Lesivas pidió prisión preventiva para Andrés Rodrigo F. por el plazo de ley, mientras que Pablo I. no fue imputado.

El hecho

Lucas intentó evitar la situación y darle lugar a su novia para que saliera corriendo. Él cayó al barranco y perdió la vida. Los sospechosos fueron detenidos. El primero, apenas ocurrido el hecho. Lo encontraron con la mochila de la joven, tiene 38 años y fue identificado como Andrés Rodrigo F.

Su mamá Zulma dijo que “Lucas siempre fue un chico sano, trabajador, bueno, amable, luchador. Crió a su hija desde que tenía dos meses porque la madre no se quiso hacer cargo. Nosotros siempre estuvimos con él”.

“No hay palabras para describir el dolor por culpa de dos malvivientes. Quiero que agarren a todos los culpables y paguen. No puede ser que maten y sigan como si nada”, agregó y pidió testigos del hecho.

«A mí me mataron»

Valther, el padre de Lucas, habló con la prensa antes de la audiencia imputativa este miércoles. Pidió justicia, dijo que tras la audiencia la fiscal les iba a explicar la situación.

“Es impresionante como trabajó la policía, la prensa, el intendente Javkin y el director de zona sur, José, nos dio una mano impresionante”. A lo que sumó: “Toda la gente que nos ayudó desinteresadamente en el alias de mi otro hijo, nos estuvo girando dinero. Ya lo solucionamos, era para el velatorio, no para otra cosa. Pudimos juntar los fondos gracias a la gente y la municipalidad, nos ayudaron todos”, aseguró.

En cuanto al hecho, dijo que no se puede vivir así. “A mí me mataron. Tengo seis varones y una nena, yo salía del trabajo que tenía que terminar de acomodar el salón y él venía”, contó. Dijo que eran unidos y cuando tardaba luego de la jornada laboral se iba a fumar un cigarrillo a la puerta a esperar, “lo veían venir caminando las tres cuadras después del trabajo” y se quedaba tranquilo, contó.

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