La periodista Elizabeth La Negra Vernaci sostuvo que la serie En el barro “es un embole”, y sin vueltas la consideró “una porno para pajeros”, al tiempo que coincidió con quienes reclaman que el relato no se asemeja, a pesar del tinte ficticio, a la realidad de las cárceles nacionales, que quedan desdibujadas y hasta con un toque de fantasía o glamour.
En declaraciones radiales, la conductora se mostró molesta con la creación de Sebastián Ortega: “Es un embole. Una porno para pajeros, para imaginar que la cárcel es eso, hacer una porno con minas en tetas. No llegué a terminar el primer capítulo. Le di una oportunidad y quizás le dé otra dentro de un tiempo”.
“Me pareció hecha para varones, como si fuera una porno. No me parece que el relato sea real, aunque está bien que sea una ficción. Pienso en El Marginal o en las maravillas que siempre hizo Sebastián Ortega, me pareció que se queda en la superficie”, continuó la comunicadora respecto de las cuantiosas escenas de desnudos femeninos y de sexo que propone la serie que además muestra cómo dentro de la cárcel se produce y se vende pornografía.
“Hay como un discurso o relato que no me parece real o cercano a lo tumbero. La cárcel no es esa fiesta y las minas que están en la cárcel no la pasan así. Me quedé en la mitad”, concluyó la presentadora en consonancia con el relato de una ex convicta, que se viralizó recientemente por diferenciar al penal de Ezeiza, respecto del ciclo ficticio.
En ese sentido de lo ficcional, la serie pareciera buscar un diálogo con clásicos del cine argentino clase B como Atrapadas, de 1984, dirigida por Aníbal Di Salvo, o Cadenas calientes, del mismo género pero norteamericana, estrenada un año antes y dirigida por Paul Nicholas.