En función de analizar la suba de tasas de interés y el encarecimiento del crédito, este medio se contactó con el periodista de Editorial Perfil, Ariel Maciel, quien también mencionó el impacto sobre las familias, empresas y el sistema financiero. “Lo que se está cobrando en tasas es realmente impresionante”, planteó.
Ariel Maciel explicó que hubo una flexibilización en el acceso al crédito formal: “Durante todo este tiempo el acceso al crédito se relajó bastante. Hoy puede entrar muchísima más gente teniendo una relajación en los requisitos”. Sin embargo, advirtió que esto “muchas veces lo que buscaban era aminorar todo lo que tenía que ver con la morosidad”.
Cuáles son las condiciones a la hora de acceder al financiamiento
Sobre las condiciones actuales, precisó: “Vas a tener, entre préstamos, lo que es el financiamiento de las tarjetas por encima del 60%, lo que son préstamos personales pueden llegar hasta el 100% de interés dependiendo de qué banco puedas tener”.
Luego, Maciel manifestó que la alerta más fuerte está por el lado del sector fintech: “Ayer quise sacar un préstamo de $100.000, el costo financiero total llegaba casi al 500%, casi al 450%. Una barbaridad”.
Negocios en la informalidad
Por otro lado, señaló que surgen maniobras por una realidad preocupante: “Hay empresas que están haciendo negocio financiero en la informalidad, nadie se juega a cambiar un cheque a 30, 60, 90 días”. Y agregó: “Dentro de los hipotecarios, si alguien te quiere vender un crédito hipotecario en dólares en el sector informal, se llega a cobrar hasta el 8% de interés anual en dólares”.
A su vez, el periodista destacó que los bancos también parecen estar cerrando el grifo del crédito. “Hay una idea, la forma más elegante de esperar es poner esas tasas tan altas”, comentó. En la actualidad, la decisión es clara: “Si no querés pagarlas, bueno, no tomes el crédito y seguiremos esperando”.
Asimismo, expresó que el contexto también está golpeando al consumo familiar: “Lo que sí están notando es el crecimiento de la mora, especialmente en las familias, porque se dividió, se rompió el consumo”.