Más allá de la renovación en el plantel que pretende consolidar Marcelo Gallardo para el segundo semestre del año, hay un objetivo inalterable fijado en el inicio de cada año. La Libertadores es una obsesión en River y al margen de poder ganarla o no, decir presente se transformó en una obligación. Los dos triunfos en las primeras fechas del Torneo Clausura (3-1 ante Platense y 4-0 frente a Instituto), y aprovechando el tropezón de sus competidores directos, River se posicionó bien de arranque: escaló hasta el segundo lugar de la tabla anual con 37 puntos. Quedó a solo dos de Rosario Central, el puntero con 39, y también le sacó ventaja a Boca, que hoy ocupa el último puesto clasificatorio a la Libertadores con 35 unidades.
Marcelo Gallardo y el deber de clasificarse a la CL. Foto: Enrique Garcia Medina
Con todos los autitos apretaditos en la clasificación, con mínimas distancias entre unos y otros, el correr de los partidos comenzará a acomodar a candidatos y rezagados, por lo que River no solamente necesita seguir sumando para terminar entre los primeros ocho de la zona B y tener así la posibilibidad de jugar los mata-mata por el título. Ante ese panorama, agarrar envión de arranque es clave teniendo en cuenta que a partir del 14 de agosto habrá doble competencia por los octavos de final de la CL frente a Libertad, momento en el que comenzará a sentirse el desgaste y la rotación ganará protagonismo.
River se entrena con la mente puesta en San Lorenzo. Prensa River.
Si bien levantar la Copa Argentina, el título en el Clausura y hasta la conquista de América le permitirán competir en la Libertadores 2026, el equipo de MG buscará conseguir el objetivo de antemano y está obligado a una buena cosecha: por ahora comenzó de buena manera. Es que a diferencia de otros años, Platense, el vigente campeón, no realizó un campañón, suma 23 puntos y no se perfila para terminar entre los primeros tres, un escenario que le daría el pasaje al cuarto de la tabla en el reordenamiento de posiciones en las plazas.