Hace un año Luciana Muñoz fue a ver a su abuela y luego fue vista caminando sola por la madrugada tras encontrarse con un amigo, en el barrio Gran Neuquén Norte, ubicado en la capital provincial. Desde ese momento su familia y sus amigos no supieron más nada de la joven de 21 años, cuya desaparición actualmente no tiene detenidos y, a pesar de las distintas hipótesis, no logró avances con pistas concretas.
La investigación incluyó rastrillajes masivos en más de mil hectáreas, se sobrevolaron alrededor de 120 kilómetros con helicópteros, se recorrieron 45 kilómetros de los ríos Limay y Neuquén con embarcaciones y buzos tácticos, y además las autoridades a cargo de la causa analizaron unas 800 horas de imágenes de cámaras públicas y privadas para intentar dar con su paradero.
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La búsqueda arrojó diferentes hipótesis, y el fiscal Andrés Azar, que encabeza el caso, contempla que Luciana pudo haber sido víctima de un secuestro y posterior trata de personas. En ese marco, el Gobierno de la Provincia de Neuquén ofreció una recompensa que fue aumentando progresivamente hasta llegar a los cien millones de pesos, suma que sigue vigente hasta el día de hoy.
El único imputado en la causa es la expareja de la joven, Maximiliano Avilez, quien fue acusado de falso testimonio. Los investigadores determinaron que el hombre mintió con respecto a la última fecha en la que había tenido contacto con Muñoz y que habría falseado su geolocalización el día en que desapareció. Tras nueve meses detenido, se le brindó la prisión domiciliaria al no considerarse suficiente la prueba reunida en su contra.
A lo largo del último año, su familia, vecinos y organizaciones feministas y de derechos humanos realizaron varias marchas para exigir su aparición con vida. La más reciente se llevó a cabo este domingo 13, al cumplirse un año exacto desde su desaparición. «Quiero creer que está con vida y no voy a dejar de creer eso… No voy a decir nunca que mi nieta está muerta», manifestó su abuela, Mirta Muñoz.
Las claves en el caso Luciana Muñoz
Luciana, que el próximo 22 de agosto cumplirá 22 años, tenía 20 al momento de su desaparición y era estudiante del centro provincial de educación media CPEM N°76. El primer dato preciso que se tuvo sobre el caso es que se la observó caminando entre las 2 y las 2.30 de la mañana para encontrarse con un amigo, Isaías Catalán, en el barrio Toma Norte.
Según se desprende del expediente, la joven desaparecida tenía la intención de regresar a la casa de su abuela a las 9 de la mañana, pero eso nunca sucedió. Una cámara de seguridad la registró caminando sola, visiblemente confundida, por las calles 8 de Diciembre y 1 de Enero, cuando vestía una camisa negra, jeans claros y zapatillas negras.
Su teléfono celular estaba roto y no podía comunicarse con sus familiares. Al día siguiente, su abuela vio que su nieta no había regresado al hogar y le avisó a su mamá, Lila Aguerre, y entre las dos salieron a buscarla.
La denuncia sobre su desaparición fue realizada 72 horas después, ya que a su madre la Policía le dio un margen de más de 48 horas por ser una persona mayor de edad, acorde a lo expresado por su abuela.
La principal hipótesis que la Justicia maneja es que fue captada por una red de trata. Dentro de las más de 200 declaraciones, se le dio relevancia al testimonio de un taxista que dijo haber llevado a Luciana desde la casa de Catalán hacia Los Hornitos para supuestamente “comprar drogas”. También se señaló que durante esa madrugada los dos consumieron drogas y alcohol hasta que se durmieron, y luego el joven se despertó a las 7 de la mañana para ir a trabajar.
Con respecto a Avilez, presuntamente mintió en dos declaraciones oficiales, una ante la policía y otra ante la fiscalía. Primero dijo que su relación con Muñoz terminó entre marzo y abril, y sostuvo que la vio por última vez un mes y medio antes de su desaparición. Sin embargo, testigos afirmaron que estuvo con ella entre el 8 y el 10 de julio -tres días antes de haber sido vista por última vez-.
El segundo testimonio que lo comprometió fue cuando mencionó que al parecer no había salido de su domicilio entre el 12 y 16 de julio pasados. Pero esa circunstancia fue desmentida por la geolocalización de su celular. Hubo allanamientos en su casa, pero no encontraron pruebas en su contra en lo que refiere al caso de su exnovia, por lo que meses después se le otorgó la prision domiciliaria con tobillera electrónica y custodia.
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Los peritajes realizados hasta el momento —incluidos restos biológicos encontrados en una vivienda y un automóvil— dieron resultado negativo. Tampoco se hallaron rastros de Luciana en las excavaciones ni en los registros migratorios y la investigación se movilizó hacia otras provincias, como Río Negro y Mendoza.
La familia considera que la chica pudo haber estado en la vivienda de Avilez antes de desaparecer y desde su entorno definen a Elías como un «sospechoso». Una de las posibilidades es que fuera captada por una red de trata para la explotación sexual, y diferentes testigos aseguraron que tenía problemas de consumo. Se sospecha de que se aprovecharon de su situación de vulnerabilidad para someterla.
Otra teoría indica que la joven podría estar muerta y esto se respalda en los rastrillajes realizados en gran parte de la zona este de la ciudad de Neuquén, donde se buscan indicios que lleven a encontrar posibles restos. Por ahora no se descarta ninguna idea, ni siquiera un presunto ajuste de cuentas.
Búsqueda de Luciana: «Esto se tiene que esclarecer»
La causa sigue abierta, sin avances concretos; Aguerre insiste en que su hija fue secuestrada y exige que la Justicia investigue a fondo todas las hipótesis. “Estamos peleando para que se encuentre un video que demostraría que Luciana estuvo retenida en un lugar, y del que varios testigos ya declararon que existe”, sostuvo la madre de la víctima semanas atrás en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.
“No vamos a dejar de marchar ni de señalar a los culpables. No queremos que Luciana sea otro nombre más en la larga lista de desaparecidos sin justicia. Sigue desaparecida, exigimos búsqueda activa, justicia real y memoria”, agregó. Durante la marcha de este domingo, realizada en la esquina de las calles Rodhe y 1 de Enero, afirmó que no bajará los brazos porque «esto se tiene que esclarecer«.
El viernes último también se realizó una conferencia de prensa en las puertas de la Casa de Gobierno de Neuquén, donde se pidió a la gestión del gobernador Rolando Figueroa que la busque activamente y salga a respaldar a la familia ya que se trata de una ciudadana neuquina.
FP/EM