En medio del silencio que dejó la tragedia, el periodista argentino Nelson Castro que tuvo que hablar en cinco idiomas en el vaticano, hizo algo inesperado: tocó el piano del comedor comunitario del kibutz Nir Oz, un instrumento que no había vuelto a sonar desde el ataque terrorista perpetrado por Hamas el 7 de octubre de 2023.
La escena ocurrió durante su cobertura en Israel, donde casi lo matan, para TN, ElTrece y Radio Rivadavia, y fue registrada por las cámaras. Sentado frente al piano, interpretó una pieza del compositor alemán Robert Schumann, “Un asunto importante”, como forma de homenaje a las víctimas y un llamado simbólico a la paz.
“Donde vive la música reina la paz”, expresó Castro al finalizar, una frase que sintetiza su gesto. “Por supuesto, para mí la música es un arte que representa el ideal de la concordia. Toqué para recordar el tremendo error de la guerra, la masacre del 7 de octubre, lo que está pasando en Gaza, a los rehenes que todavía no han vuelto…”, explicó a Teleshow.
Castro ya había estado en Nir Oz en 2023, días después del ataque de Hamas, pero entonces no había podido recorrer toda la zona. Esta vez, sí lo hizo, aunque en un contexto aún marcado por la tensión. “En el medio de bombas que se escuchan producto de la crisis humanitaria en Gaza, recorrí todo el kibutz”, contó.
En el comedor donde sonaron las balas aquella mañana trágica, hoy colgaban afiches con los rostros y nombres de los rehenes secuestrados. Y, entre esos retratos, descansaba el piano que Nelson hizo hablar nuevamente. La imagen fue tan poderosa como el sonido que volvió a nacer en ese espacio de duelo.
El kibutz Nir Oz fue uno de los más golpeados por la violencia del 7-O. Allí vivía la familia Bibas, cuya historia conmovió al mundo entero. Shiri Bibas, de raíces argentinas y peruanas, fue secuestrada junto a sus hijos Ariel y Kfir. En febrero, sus cuerpos fueron recuperados. Su esposo Yarden, único sobreviviente, declaró:
“Espero que no estés enojado conmigo por no protegerte. Pensé en vos todos los días”. Ese testimonio quedó flotando en el aire. Pero fue la música de Nelson Castro —sincera, simple, profunda— la que rompió el silencio. En un lugar donde reinó la muerte, él eligió el arte como respuesta.