Aquellas personas que se separaron, divorciaron o enviudaron durante el 2024 deberán afrontar una serie de cambios que van a impactar de forma directa en los montos de reembolso o incluso en lo que se deberá pagar durante la temporada de impuestos. Los especialistas hacen hincapié en que uno de los factores más importantes para ver los resultados finales de la declaración es la transición de casado a soltero.
Según USA Today, el estado civil al 31 de diciembre de cada año es el que se tiene en cuenta para realizar la declaración dicho período fiscal. Es decir, si alguien estuvo casado casi todo el 2024 y el divorcio se concretó antes del 31 de diciembre, ya no podrá presentar su declaración como “casado”. A partir de ese momento, la persona tendrá que optar por declarar como “soltero” o, si cumple con los requisitos, como “cabeza de familia”.
Para acceder a este último estatus hay que demostrar que se pagó más de la mitad de los gastos del hogar y que se tuvo a cargo a un dependiente calificado durante más de seis meses en un año. “Si tiene un hijo elegible en el hogar, presentar la declaración como cabeza de familia será más ventajoso”, expresó Andy Phillips, vicepresidente del Instituto de Impuestos de H&R Block. Esta condición permite acceder a una deducción estándar más alta.
El fallecimiento de un cónyuge también modifica la situación fiscal de los matrimonios. En esos casos, si la muerte ocurrió durante el 2024, se podrá presentar la declaración como “casado” por una última vez. Si hay un hijo dependiente y el fallecimiento fue dentro de los dos años anteriores, existe una posibilidad de calificar a la categoría de “cónyuge sobreviviente calificado”, la cual permite mantener algunos beneficios impositivos.
Otro de los puntos sensibles tras la disolución de un matrimonio es la definición de quién va a reclamar a los hijos como dependientes y, por ende, los créditos fiscales que están asociados. Esta decisión, que suele quedar especificada en los acuerdos de divorcio, puede hacer una gran diferencia en la devolución de impuestos.
Si no hay un acuerdo entre las partes, el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) recurre a tres preguntas sobre el vínculo familiar, con quien convivió la mayor parte del año y quien realizó un aporte económico superior al 50%. “El IRS se cansó de ser el negociador en todo esto y ahora tiene una prueba de tres puntos. Es bastante simple”, explicó Mark Steber, vicepresidente sénior y director de impuestos de Jackson Hewitt.
Steber recomendó mantener todos los documentos bien organizados y trabajar con un profesional para evitar errores: “Los detalles importan. Mantener los registros importa”. También resaltó la importancia de proyectar el año siguiente con un asesor para ajustar las retenciones o anticipar los posibles saldos a pagar.