Argentina es el país con más tenencias de dólares “billete” por habitante del mundo. Otros, como China o Rusia, también se abarrotaron con divisas norteamericanas, pero con una población mucho mayor. No hay que profundizar demasiado para encontrar las causas de esa larga pasión: devaluaciones, corralito, canje compulsivo de activos o hasta préstamos forzosos. Es un inventario real de dificultades e imprevistos por el que los ahorristas se enfrentaron en las últimas cuatro décadas de vida democrática y que desgastaron la confianza absoluta en el sistema bancario tradicional. Según la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), 75% de las personas en nuestro país guarda sus ahorros y valores fuera del sistema bancario tradicional. Al final del tercer trimestre de 2024, los argentinos mantenían aproximadamente US$ 276.800 millones fuera del sistema financiero formal. Un volumen considerable: equivale a casi la mitad del PBI argentino y 10 veces las reservas brutas del Banco Central a comienzos de este mes de abril.
Esos billetes, la gran mayoría en moneda de los Estados Unidos, pero también euros, francos suizos, monedas de oro, joyas y toda forma de resguardar valor en activos físicos, pueden ser guardados en innumerables formas. Incluso dando lugar a mitos urbanos sobre tesoros perdidos o billetes arruinados por humedad o quedamos en algún horno viejo.
Demanda creciente. A medida que la inestabilidad financiera aumentaba y la delincuencia tomaba nota de la pasión por esconder valores en la casa, el mercado dio su respuesta. Según datos de la Cámara Argentina de Empresas de Servicio de Alquiler de Cajas de Seguridad (CAESACS), que reúne a la mayoría de las empresas del sector, durante el último año hubo un crecimiento del 35% en la demanda de alquiler de cajas de seguridad privadas en nuestro país y se espera otro tanto para 2025.
Uno de los principales motivos que hacen que las personas piensen en resguardar sus valores, y no solo dinero, son los robos, las “entraderas”, pero también incidentes ambientales como incendios o inundaciones o cuando algún famoso o “celebrity” tiene un episodio de robo o estafa y la comunicación se torna viral.
El Servicio de alquiler de cajas de seguridad no bancarias se sigue consolidando en Argentina y nuevos jugadores como Tressor iniciaron sus actividades, por ejemplo, en el Polo Maderero de Hudson en la zona sur del Gran Buenos Aires. En Argentina se estima que hay una oferta de cajas de seguridad cercana a las 850.000 unidades, según datos de la CAESACS, en sus diferentes tipos. Se estima que, en la actualidad, en nuestro país hay una caja de seguridad cada 54 habitantes. Similar a países como Perú (57) o Brasil (62). Tomando en cuenta las perspectivas actuales el sector en la Argentina- si bien cada país es diferente-, estimamos que hay un potencial de crecimiento muy grande, para alcanzar ratios como los de Chile, donde la relación es de 29 cajas por habitante.
En el caso de Tressor, por ejemplo, percibieron que había una demanda que buscaba este tipo de servicio en la zona sur del GBA, principalmente, por el fuerte crecimiento de desarrollos inmobiliarios, la expansión de barrios cerrados desde Puerto Madero hasta la Plata y Mar del Plata. Ese predio combina un Open Mall, un edificio de oficinas premium y un parque industrial con venta al público, que tiene un plus por contar con seguridad privada en el ingreso al predio.
Valores. Según datos de empresas del sector, alquilar una caja de seguridad privada tiene un costo estimado mensual de $46.000. Actualmente hay más de 14 empresas que brindan este servicio en el país, como INGOT, que está desarrollando su sexta sucursal en el país, ubicada en zona norte que espera inaugurar entre mayo y junio de 2025 y con perspectivas de abrir otras cuatro sucursales durante el próximo año. Otra, Fortress también está en camino de abrir otra sucursal en el interior. “INGOT sigue sumando servicios, desde salas de reuniones y escrituras, bóvedas automatizadas, bóvedas de arte y acuerdos internacionales para el desarrollo de nuevas tecnologías como la tokenización de piezas de arte mediante una alianza estratégica con TOKENIZART y resguardo de Cripto monedas, son solo algunos de los servicios ya vigentes dentro del abanico de nuevos lanzamientos”, dice Juan Piantoni, CEO de la firma.
Por su parte, Ignacio Serrano, Chief Marketing Officer de Hausler, que tiene 20.000 clientes activos anticipa que proyectan la apertura de tres nuevas sucursales, tanto en el AMBA como en el interior del país, apostando a un crecimiento estimado del 40% anual. “El crecimiento de la demanda se debe principalmente al cierre de sucursales bancarias como resultado de la digitalización acelerada del sistema financiero tradicional. Esta transformación dejó una demanda insatisfecha del resguardo físico de bienes de valor”, explica. Así, detalla que las empresas del sector supieron canalizar esa necesidad, ofreciendo soluciones tecnológicas, con mayor nivel de seguridad y una experiencia de usuario más eficiente y personalizada. En líneas generales, se trata de ahorristas pequeños y medianos que buscan alternativas confiables para el resguardo de sus valores, y que valoran especialmente el acceso seguro, cómodo y discreto. Un sector del público que ni tiene escala ni acceso a inversiones más sofisticadas, que todavía tiene capacidad de ahorro o, al menos, busca aferrarse a los que pudo conseguir en medio de las innumerables emboscadas que la economía argentina le fue tendiendo durante su vida activa. Supervivientes financieros.
por Marcelo Alfano